“De una historia solo es verdad lo que se cree quien la escucha”, decía el poeta y escritor alemán Hermann Hesse. ¿Habrá creído el país lo dicho por el presidente Ollanta Humala, quien aseguró que el narcotráfico ya no es un poder paralelo en el Vraem? Parece que no, ya que las cifras, las autoridades y productores del Vraem dicen lo contrario.

El Jefe de Estado solo habló de los avances de su gobierno, de los proyectos, idealizando su gestión. Jamás se refirió a sus fracasos y debilidades. Creemos que debió ser más sincero. Es cierto que un hombre bajo cientos de focos y apuntado por decenas de cámaras transforma al hombre de carne y hueso en imagen. Y como imagen quiere dar buena impresión antes que soluciones. Sin embargo, esa instancia no puede abrazar datos y hechos improbables.

El presidente de la Asociación de Municipalidades del Vraem, Romel Peña, cuestionó el mensaje presidencial y dijo que aún hay grandes áreas de cultivos de hoja de coca y que la inversión del Estado en los proyectos productivos es escasa. “La Mancomunidad pidió al Gobierno que dé mayor prioridad al tema de proyectos productivos, pero no hay algo claro sobre quién continuará financiando estos”, agregó.

Muchos analistas han manifestado que lo dicho por Ollanta Humala es irreal, ya que en el Vraem se producen 300 toneladas de cocaína al año y es la mayor zona productora en el país. Aquella es una cifra alarmante teniendo en cuenta que lo producido en toda Colombia equivale a 400 toneladas. Eso, sin contar los cientos de narcopistas que funcionan en esta área que involucran a las regiones de Junín, Huancavelica, Ayacucho, Apurímac y Cusco.