El proceso de reconstrucción de las zonas afectadas por las lluvias y los huaicos durará unos tres años, según la estimación del primer ministro Fernando Zavala, quien ha planteado una serie de responsabilidades para los gobiernos locales y regionales, específicamente en lo concerniente a la capacidad para asumir el reto. Viéndolo así, es preferible que todo lo haga el Gobierno Central. Por favor, den un paso al costado.

No es que esté en contra de la descentralización de funciones, sino que por la experiencia vivida en la etapa previa al desastre y las prioridades que tienen algunas autoridades cuando ven plata en las arcas, es mejor que sea un solo ente el que planifique la reconstrucción. Al menos en el norte del país, con similar geografía en gran parte de su territorio, se necesita una articulación de ideas.

Veamos. A pesar de que contaremos con una autopista que unirá al norte del país, hemos sido testigos de que el buen funcionamiento de la carretera Panamericana norte no solo depende de las concesionarias que laboran a paso de tortuga. Por eso en algunos tramos de la ruta Tumbes-Piura-Lambayeque-La Libertad-Áncash el tránsito se vio interrumpido, inclusive con el colapso de puentes.

Entonces, al no contar con una autoridad que lidere el norte del país y que tenga una visión de futuro tangible (no nos vayan a mecer de nuevo con el cuento del súper tren), sería bueno que los gobiernos regionales y locales se declaren incapaces de asumir en un ciento por ciento la reconstrucción del norte y entregar a Lima la responsabilidad absoluta del diseño de la misma.

En el tema vial es importante un solo plan, aún cuando las lluvias no se presentan de igual manera en Tumbes y Piura que en Trujillo o Áncash, por ejemplo. Es preferible que nuestra infraestructura esté preparada para mitigar cualquier fenómeno natural (incluido un sismo), a luego lamentarnos por no haber construido de manera adecuada. Y eso debe tener un solo eje.

Lo que sí pueden hacer los gobiernos regionales y locales es la función de supervisores de las obras. Aunque muchas autoridades tengan todas las ganas de quedar bien ante la ciudadanía poniéndose el casco de ingeniero, considero un buen gesto el dejar que el equipo que designe Zavala asuma el liderazgo de la reconstrucción en el norte. Además, si se confirma la no reelección de gobernadores y alcaldes, solo es posible que sigan hasta el otro año.