El anuncio de Donald Trump de considerar una acción militar contra Venezuela es inaceptable y debe ser condenado, no porque no quisiéramos que caiga Maduro, sino porque el derecho internacional lo prohíbe. Hay razones: a) JURÍDICAS: El uso de la fuerza está proscrito como REGLA por el derecho internacional. Eso quiere decir que nadie puede decidir acciones armadas porque le dé la gana; sin embargo, existen 3 excepciones previstas en la Carta de la ONU. Voy a explicarlas: 1) Legítima defensa (art. 51). Un Estado atacado por otro puede responder al daño proferido. No necesita autorización para hacerlo, pues corresponde a su soberanía. Sucedió cuando EE.UU. fue atacado por Al Qaeda en las Torres Gemelas (11S-2001). Los terroristas actuaron coludidos con el gobierno talibán de Afganistán. Washington invadió militarmente Kabul derrocando al régimen. 2) Seguridad colectiva (art. 39). Cuando el mundo confirma que al interior de un Estado la población civil es objeto de exterminios o genocidios, el Consejo de Seguridad (CS) de la ONU puede decidir una incursión militar para detener la masacre y recuperar el orden interno. La Misión de Asistencia de la ONU para Ruanda (UNAMIR) ingresó en este país africano, que en 8 meses contaba cerca de un millón de muertos; y, 3) El incumplimiento de los fallos de la Corte Internacional de Justicia al declararse un Estado en rebeldía a dicha sentencia. Hasta ahora no existe en el mundo registro de esta hipótesis, pero de darse el caso corresponderá también al CS de la ONU dictar medidas (art. 94). b) POLÍTICAS: Podría mostrar a EE.UU. como un país abusivo que tira al tacho el derecho internacional haciendo lo que quiere, como, recientemente, bombardear al régimen de Siria y a los yihadistas en sus campamentos en Afganistán. Lo más grave: al hacerlo dará razones a Maduro para vomitar su discurso antiimperialista de que la invasión de Washington era cierta y exacerbar lealtades chavistas que podrían ensangrentar más al país de lo que ya está.