Existen demasiadas señales e información que evidencia que el candidato Kuczynski trabaja en pared o complicidad con la candidata Fujimori. En términos políticos ofrecen lo mismo y representan a los mismos. Basta con ver las declaraciones de PPK en el mitin de cierre de campaña de Keiko, donde pidió el voto para ella y le manifestó todo su respaldo. Se unirán en algún momento, estoy seguro. Fernando Rospigliosi -que ya ejercía como vocero oficioso de Keiko Fujimori- sigue defendiéndola y constituye uno de los tantos puentes entre ambos equipos. La cantidad de plata invertida ya en la promoción de su candidatura pone de manifiesto que hay muchísimo dinero en juego para defender determinados intereses económicos.

Alan García, por su parte, enfrenta por estos días serios problemas por el Plan de Gobierno elaborado por el equipo liderado por Jorge del Castillo, el mismo que tendría un 30% de material sin citas o plagiado. Los detractores de Del Castillo festejan la situación y pretenden que sea apartado completamente del equipo del APRA, cosa difícil de conseguir.

Finalmente, César Acuña, que está gastando una fortuna en esta campaña, apoyado por sus medios aliados y con una millonaria inversión publicitaria de su “universidad-partido”, se cree con la capacidad de seguir creciendo. Todos se preguntan la cantidad de plata que le cobran mensualmente sus nuevos incondicionales y socios, como el viejo marketero y dos veces perdedor de las elecciones en San Isidro, Jorge Salmón, el flamante rector de su “partido-universidad” Paco Miró Quesada y su nuevo jale Beatriz Merino. Resulta increíble que ninguno tenga reparos en ser empleado de una persona a quien su esposa ha acusado de escupirle en la cara, haberle pegado y maltratado. Feas acusaciones sobre un candidato que aspira a convertirse en Presidente del Perú.