Comenzó el sétimo mes del año y el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski, acompañado no de una sino de varias tormentas que ponen en riesgo la gobernabilidad, llega a su primer año de alcanzar el poder tras derrotar en justas electorales a Keiko Fujimori.
Todo parece indicar que en los días previos al 28 de julio, cuando el Jefe de Estado dé su mensaje a la Nación, las cosas se calentarán más con los enfrentamientos entre el Ejecutivo y Legislativo, este último controlado por la mayoría de integrantes de Fuerza Popular que en estos primeros 12 meses manejaron las circunstancias para que cuatro ministros dejen el gabinete, en su mayoría por presión política, ante serios cuestionamientos presentados en cada momento.
La turbulencia política que vive el país acompañada de una serie de problemas sin resolver o conocer al menos propuestas para resolverlos dan una sensación a la ciudadanía -en su mayoría- de cierto desgobierno y falta de control, situación que afecta la confianza, en especial de los inversionistas y de quienes apuestan por el desarrollo.
El tema del Contralor, además, es asunto que merece ser resuelto cuanto antes, ya que la incertidumbre invade los diferentes niveles de gestión pública y está paralizando inversiones, con lo cual en un par de meses se conocerá cómo va nuestra economía.
Sin duda, son días importantes para la gestión de PPK, quien debe adoptar los correctivos del caso para el cambio de rumbo y evitar el avance de la desconfianza generalizada.