Puntos de Quiebre
Puntos de Quiebre

La presentación del anuario “Puntos de Quiebre: Agenda Global 2015”, publicado por el diario Correo y The New York Times, es una expresión viva de las ventajas de la globalización en los medios de comunicación. En el editorial escrito por Luis Agois Banchero se indica que: “La historia del Perú que leerán nuestros hijos y nietos se escribe a diario. El Grupo Epensa y Prensmart, en su empeño de alimentar el flujo de información y análisis de la realidad que es parte de la historia, han apostado por nutrir el periodismo peruano con la perspectiva global de The New York Times a través de una alianza estratégica con el diario Correo. El mundo y el Perú en las manos de los lectores para comprender mejor quiénes, por qué y cómo nos miran”. El gerente general del Grupo Epensa y presidente del Directorio del Prensmart señala la cruda realidad del país al escribir: “Perú y, por ende, Lima necesitan más compromiso político, económico y social. Su crecimiento no será más que un espejismo si su capital continúa ocupando lugares en el furgón de cola entre las ciudades del mundo con peor calidad de vida para su ciudadanos. Lima ha focalizado el crecimiento, pero el interior del país actúa como un motor fatigado por falta de una atención global. El potencial de las regiones del interior es incalculable. De hecho, los analistas creen que el limitado crecimiento de 2014 ha sido mantenido por la fortaleza de las provincias, sobre todo desde el sur y el norte”.

Lucho Agois reafirma la línea reflexiva y combativa de Correo al explicar que: “El Perú necesita poner orden y 2015 es un año óptimo para normalizar la esfera

política y económica, y alejar la incertidumbre que genera sobre los avances macroeconómicos del país la corrupción generalizada en la vida política. Una escena gobernada por el presidente Ollanta Humala, maniatado por su incapacidad estratégica y por el protagonismo estelar de la Primera Dama, que camina por la política criolla con un protagonismo desbocado”. Puntos de Quiebre también se nutre del pensamiento de Tony Blair, ex primer ministro de Gran Bretaña, cuando afirma y pregunta: “Nos hemos vuelto complacientes con respecto a la democracia. Sigue siendo el sistema preferido. Sin embargo, tiene lo que llamaría un desafío de “eficacia”: sus valores están en lo correcto, pero no se está logrando cumplir con demasiada frecuencia. En un mundo de cambio, donde países, comunidades y corporaciones deben adaptarse de manera constante para mantenerse al paso, la democracia parece lenta, burocrática y débil. ¿Por qué ha ocurrido esto y qué deberíamos hacer al respecto?”. La respuesta tal vez esté sugerida por Chrystia Freeland, periodista y parlamentaria canadiense del Partido Liberal, cuando dice: “Nosotros a veces somos mejores para cubrir los emocionantes momentos de avances revolucionarios que para pensar cuidadosamente al día siguiente. Los últimos veinticinco años no fueron la derrota de la idea democrática: de hecho pienso que estamos viendo una demanda de democracia sostenida. Lo que estamos viendo es que es muy difícil cumplir a cabalidad”. Al leer estas líneas, recuerdo que Canadá es parte de la reserva moral de occidente.

El periodismo peruano y sus lectores también se nutren con el pensamiento de Carl Bildt, ex primer ministro y exministro del Exterior de Suecia, hablando al día

siguiente de que su partido perdió las elecciones generales: “Se ha dicho que la democracia nunca sobrevive a un encuentro de cinco minutos con el votante promedio. Yo he tenido más de cinco en las últimas semanas y sigo siendo un ferviente creyente en la democracia. Creo que lo que sucede, y eso es bueno en la democracia, es que a veces la gente quiere un cambio”. Nikos Konstandaras, editor gerente y columnista de Kathimerini nos recuerda lo siguiente: “Tenemos que recordar que, en la antigua Atenas, la democracia no fue una idea que se le ocurrió a la gente que se rascaba la cabeza preguntándose cómo pasar el tiempo. La democracia surgió porque la sociedad estaba amenazada; por dentro y por fuera, y la mejor manera de manejar esa situación era dándoles poder a tantos ciudadanos como fuera posible y hacerlos iguales”. Dora Bakoyannis, exministra griega del Exterior, nos relata la situación actual de Grecia: “El miedo que la crisis económica esté contribuyendo al auge de las fuerzas extremistas por desgracia es fuerte y profunda. El siglo XX es un terrible recordatorio de dos regímenes totalitarios que brotaron de la humillación de la guerra y del desempleo y la indigencia de grandes sectores de la población”. Esta breve reseña es apenas un esbozo de la calidad de Puntos de Quiebre y de sus colaboradores nacionales e internacionales. Alas y buen viento para esta fascinante aventura periodística.