Hay varios exmilitantes nacionalistas que ahora quieren lavarse la cara acusando a sus exjefes políticos como Ollanta Humala y Nadine Heredia. Quien más resalta es el abogado y ahora escritor Omar Chehade, quien fuera acérrimo defensor del expresidente y lo acompañara en la plancha presidencial. Ojo que él no dejó el poder de su puesto por propia voluntad, sino que salió por el roche de la reunión en las Brujas de Cachiche.

Lo mismo pasó con la actual congresista Marisol Espinoza, quien fuera vicepresidenta del país y saltó del barco nacionalista en el último tramo de la gestión, casi desde la proa a un metro del mar. Aunque su salida fue muy llamativa con pinceladas de dignidad, la verdad es que la piurana ya se había anotado en las filas de APP, el partido de César Acuña que hoy defiende.

Daniel Abugattás dice que no le cree ni a Ollanta Humala ni a Marcelo Odebrecht, pero es bueno que recordar que el exparlamentario estuvo en las dos campañas presidenciales, y se sabe que la primera tuvo billete con olor al Caribe venezolano y la segunda, con perfume de arrecifes brasileños. Despotricar de todo ahora, como que es un poco tardío.

Los exministros Fredy Otárola y Ana Jara, cercanísimos a la dupla Humala-Heredia, deberían más bien dar luces sobre cómo se llevó a cabo la última campaña presidencial nacionalista que, según la delación de Marcelo Odebrecht, tuvo un aporte de 3 millones de dólares de parte de su empresa. ¿O tampoco sabían nada?Es un poco tarde ya para creer que solo Ollanta Humala, Nadine Heredia y su entorno sabían del manejo del dinero de la campaña, como es increíble que sus defensores -ahora acusadores- no supieran de dónde salía el money para los gastos que, a decir de los expertos, no bajan de los 10 millones de soles.

Que el dinero haya o no salido de un fondo ilegal para solventar la campaña de Ollanta Humala, que sirve de base para una acusación por lavado de activos, es materia de una investigación fiscal. No obstante, nadie va a creer que una empresa con altos índices de corrupción como Odebrecht tenía separado billete legal para no comprometer penalmente a los partidos y a sus candidatos.Ya, pues, señores examigos o exaliados nacionalistas, calladitos quedan mejor.