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En el consolidado de las elecciones generales, transcurrida la primera vuelta y la segunda ad portas con Keiko Fujimori y Pedro Pablo Kuczynski como protagonistas finales, es válido repasar cómo han quedado los partidos políticos y qué situación podría esperarles en adelante.

El gran ganador, más allá de lo que pase el 5 de junio, ha sido Fuerza Popular. Encajó 70 representantes en el próximo Congreso de la República, y eso resulta un plus de cara a sus propósitos partidarios, aunque no faltan los que advierten el peligro funcional que implicaría la mayoría absoluta.

Le sigue el Frente Amplio -el conglomerado de izquierda-, que con Verónika Mendoza a la cabeza ha pasado literalmente de la nada a 20 parlamentarios con ganas de hacerse notar.

Kuczynski no ha quedado mal parado con una bancada de 18 legisladores, pero en caso acceda a la Presidencia de la República tendrá -como lo reconoció el viernes- que buscar consensos para poder gobernar. “Si gana este pechito, tendré que entenderme con el Congreso, al menos en ciertas cosas”, adelantó PPK.

El milagro estuvo en las huestes de Alianza Para el Progreso, que pese a los evidentes deslices de su líder César Acuña -eso de “no es plagio, es copia” fue descomunal- alcanzó nueve cupos contantes y sonantes.

Acción Popular también debe darse por servido con Alfredo Barnechea, porque tendrá presencia propia en el hemiciclo, y pudo ser mayor de no haberse topado con el sombrero, el chicharrón y el mercado que no le simpatizaron al candidato de la lampa.

Alianza Popular, o mejor dicho el APRA, dice cinco son suficientes, y el que va a llorar a la playa es el pulverizado Partido Popular Cristiano (PPC).