Hoy es Viernes Santo y el acto más apropiado para la clase política en estas horas sería el de la reflexión. Ante la desesperanza, la tragedia y los desastres que vivió gran parte del país, es necesaria, hoy más que nunca, la claridad del oficialismo y los congresistas para sacar adelante el Perú. El objetivo es que se concrete la tan ansiada reconstrucción luego del Niño costero, que golpeó a gran número de compatriotas.

Estos días de Semana Santa se convierten en el momento propicio para que cada uno reflexione y haga realidad la frase “Una sola fuerza”. Las autoridades y políticos deben salir de este nudo de acusaciones y peleas personales para exponer ideas y propuestas, pero principalmente cumplirlas. Hay muchos enconos y divisiones. Por eso hay que arreglar primero lo político, después lo económico y lo social. Porque tomar medidas económicas, para levantar al país y hacerlo andar, requiere decisiones políticas.

Los acuerdos, consensos y unidad son las armas más preciadas para ahuyentar los temores exagerados e interesados. Si bien es cierto, la clase política está desacreditada, desvalorizada y vapuleada por los escándalos de corrupción, que involucran hasta a expresidentes de la República, hay que tener fe que llegará el tiempo de la resurrección, obviamente con nuevos protagonistas. Confiamos que llegue el tiempo en que los políticos del futuro se pongan a la altura de lo que prometen cada cuatro o cinco años. Deben comprender que de los aciertos o errores de sus decisiones depende el destino de nuestra nación.