Respuesta a Toledo
Respuesta a Toledo

Entre lamentable y decepcionante la "respuesta" del expresidente Toledo a nuestra revelación sobre que su suegrita ha comprado una tremenda mansión en Las Casuarinas por casi $4 millones (resulta que ahora quieren vivir entre "los pituquitos" de esa zona), un "módico" precio, según el ideólogo chakano Sheput, para quien esa cifra está al alcance de cualquiera, según afirmó impertérrito en la TV.

En primer lugar, no es en absoluto una "patraña política" poner en conocimiento de la ciudadanía que la madre de la esposa de un expresidente adquiere de improviso un inmueble de ese precio, lo que levanta justificadas suspicacias. ¡"Patraña" sería si el hecho no hubiera ocurrido! Y tampoco aquí se trata de una "discrepancia política" o de "atacar al adversario". Eso es simplemente politizar la revelación e irse mañosamente por peteneras. Y de otro lado, es hasta patético aducir que no es "decente ni permisible" investigar hechos vinculados a parientes de políticos. ¡Entonces que Toledo pida que dejen en paz a Cecilia Chacón!

En segundo lugar, el comunicado de Toledo carece totalmente de seriedad, sustento y rigor, porque no da una respuesta pormenorizada (como debió hacerlo un par de días antes) de cómo su suegra pudo cancelar esa operación: por lo menos explicar -con pelos y señales- el origen del dinero y señalar la entidad donde se hizo la operación. En cambio, nos suelta una palabreada típica suya, con esa absurda explicación de una indemnización por el Holocausto (esos montos de reparación nunca fueron muy elevados; menos de millones de dólares) y supuestas herencias.

Además, llama mucho la atención que una anciana europea concentre "el esfuerzo de toda una vida" en comprarse una casa en un país que apenas conoce para quedar "bajo el cuidado de una hija única" que más pasa el tiempo en Estados Unidos. Lo único bueno de este comunicado es que ha hecho romper ese silencio cómplice que varios medios caviares y protoledistas habían adoptado para tapar el tema, mostrando una vez más el doble rasero que existe en este país: solo se investiga y condena a los derechistas, apristas o fujimoristas.

En suma, la respuesta de Toledo es la típica maniobra de hacerse la víctima en lugar de aclarar dudas legítimas (porque este diario no lo ha acusado de nada). Victimizarse es una costumbre congénita y lacrimógena de nuestros políticos -ya vimos cómo el propio JDC también recurrió a esa táctica tan poco viril- y Toledo es un artista en esa práctica. No, no debemos aceptar lo gemebundo como respuesta. Como tampoco esa cuasi payasada de hacerse el indignado y sostener que "por primera y última vez" va a pronunciarse al respecto.

No, caballero, no. Esto recién empieza y mejor prepárese a contestar ampliamente, varias veces y con mejor humor.