En la semana que termina, el país se ha visto remecido por las primeras detenciones y órdenes de capturas dispuestas contra los implicados en las coimas pagadas por la empresa Odebrecht. Sin embargo, estamos recién en el comienzo de todo lo que se viene para los próximos meses y años, pues este caso de corrupción podría ser considerado uno de los más graves de los que el Perú tenga memoria y quizá solo comparable con el protagonizado por Vladimiro Montesinos en los años 90.

No obstante, más allá de la agenda que ha sido puesta desde fines del año pasado por la empresa corruptora y los corruptos, el Perú tiene que seguir avanzando, pues si bien es importante investigar y sancionar si es necesario a los implicados, nuestro país igual debe hacer frente a grandes dificultades preexistentes y que son un verdadero dolor de cabeza para el peruano de a pie y que desde hace varios años exige soluciones.

La inseguridad en las calles sigue siendo el pan de cada día. Por ejemplo, el martes último cayó con un balazo en la cara el escurridizo hampón conocido como “Careca”, al intentar robar un vehículo en Miraflores. Ojalá que en los próximos días un juez de por ahí no le dé libertad porque un fiscal no formuló bien su acusación. Y ni qué decir de los atracos que ahora vemos con lujo de detalles en todos los noticieros a través de las cámaras de seguridad.

En el tema económico, el ministro de Economía y Finanzas, Alfredo Thorne, acaba de anunciar la reducción del estimado del crecimiento del PBI para el 2017 en al menos un punto porcentual, mientras gran parte de nuestro territorio se encuentra golpeada por los huaicos y desbordes de los ríos, lo que nos hace ver que falta mucho para considerarnos un país debidamente preparado para afrontar estos eventos recurrentes en los meses de verano.

Es vital para el país que el sistema judicial trabaje con celeridad y que el caso de las coimas no quede impune. No obstante, también es importante, para las autoridades y el país entero, concentrarse en las otras dificultades que afrontamos, pues son muchas y muy graves. El Perú tiene que seguir avanzando, ya que no se ve a detener por un grupo de gente que se llenó los bolsillos desde sus puestos públicos y a quienes la justicia ya tiene en la mira.

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