La semana que termina ha estado marcada por el drama de los familiares de los dos esclavos laborales que se ganaban un dinero encerrados en unas infames casetas de metal llamadas “contenedores”. El crimen de estos jóvenes y el incendio que generó su drama nos ha hecho ver el grave problema de la informalidad, de la falta de autoridad de parte de la Municipalidad de Lima y del Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo, del Estado en general.Sin embargo, hoy se cumplen nueve días del siniestro que ha tenido en vilo al Perú, y no hay una sola orden de captura o al menos impedimento de salida del país de los que serían los responsables de estas dos muertes. 

Ayer en redes sociales se pedía la intervención de la Policía Nacional, a lo que el ministro del Interior, Carlos Basombrío, respondía, como es lógico, que apenas el Poder Judicial dé una medida en ese sentido, recién podrán actuar.En este país que es el reino de las órdenes de prisión preventiva, salvo para Ollanta Humala, claro está, resulta extraño que se actúe con tanta lentitud frente a los propietarios y responsables de los almacenes siniestrados y de la explotación de estos jóvenes que hacían su ilegal trabajo bajo candado. ¿Están esperando que salgan del país para recién actuar?, ¿porque se trata de chicos que ganaban 20 soles diarios no hay apuro?, ¿el feriado estatal largo lo impide? 

Si nos hemos escandalizado y horrorizado en ver cómo han fallado las instituciones del Estado al no prevenir la informalidad y la explotación laboral en el mismo Centro de Lima, pues es peor el ver cómo no actúa la justicia frente a personas cuyas identidades se conocen perfectamente, y que incluso dan entrevistas en televisión quejándose de que desde el incendio no pueden salir a las calles porque sienten el rechazo y la indignación de la gente.

Ya aparecieron los cuerpos de los que estaban desaparecidos y se ha confirmado que las víctimas estaban bajo candado. Incluso el canal Latina ha mostrado imágenes de unos de los dueños de los “contenedores” en el lugar del siniestro. Mientras la justicia no actúe con mano dura, “vivazos” como los de Las Malvinas o como la mujer que quiso atropellar a una policía en la Javier Prado, seguirán haciendo lo que les da la gana, lo que nos hará seguir siendo un país en pañales.