Las primeras lluvias en el sur del Perú se presentaron en enero y se pensó que todo sería normal en este verano, y que dicho fenómeno natural no traería desgracias mayores. Arequipa, Moquegua y Tacna fueron las primeras en soportar fuertes precipitaciones, lo que obligó al Gobierno a declarar en emergencia varios distritos destruidos.

De esa fecha a ahora pasaron varias semanas, e incluso a fin de mes concluye la primera declaratoria de emergencia, pero al empeorar la situación, los gobiernos regionales ampliaron la medida para asistir de manera oportuna a los damnificados.

Desde hace un mes, las lluvias se registran, por lo general, en regiones del norte y centro del país, episodio que hasta el momento ha dejado 90 fallecidos, 120,899 damnificados, 742,101 afectados, 347 heridos, 20 desaparecidos; 14,301 viviendas colapsadas, 14,668 inhabitables y 164,386 afectadas.

Son cifras escalofriantes que reflejan la magnitud de los daños registrados por la presencia de fenómenos naturales y que algunos valorizan en 10 mil millones de soles; sin duda, un duro golpe a la economía nacional.

Dentro de toda esta desgracia, destaca la solidaridad mostrada por diversos gobiernos que enviaron ayuda para aliviar las demandas de los damnificados, entre ellos: Chile, Panamá, Bolivia, Estados Unidos, China, Japón, Ecuador, Argentina, Canadá y otros tantos, como también el papa Francisco. Un gran apoyo para sobrellevar y paliar la dramática situación de los afectados. Toda ayuda es buena.