Universitario de Deportes ha ingresado a una etapa incierta. Aunque no se trate de un panorama nuevo para uno de los principales equipos del país, en esta ocasión el futuro preocupa, no permite abordar esperanza ni cabe darle espacio a la posibilidad de un fenómeno atípico que permita avizorar una recuperación. Y no nos referimos precisamente al nivel que el equipo pueda ofrecer en los partidos que le toque disputar, un nivel que -hasta la fecha- ha sido aceptable, sino principalmente a lo que viene sucediendo en torno a un proyecto que arrancó con ambición y a mitad de año ya parece desarmado.Para nadie es difícil recordar el inicio del año para los cremas, pomposo y prometedor. Es posible que en ese momento nadie haya hecho hincapié en el gasto que se venía produciendo porque se pensaba que detrás de tamaña inversión existía un proyecto responsable, pensado hasta la saciedad y que, en su proyección, había abarcado todas las posibilidades para evitar verse frustrado a mitad de carrera. Sin embargo, la realidad fue brutal y contundente.El primer síntoma de lo que terminaría sucediendo se vio reflejado en la partida de César Vento, quizá el principal gestor de aquello que Universitario quiso ser a comienzos de año. Su salida representó la debacle de una idea, la interrupción de un proyecto que lucía tentador y hasta atrevido, teniendo en cuenta la enorme deuda que registra el equipo merengue. Vento fuera del club era la representación misma de lo más cercano que existe al fracaso. Un ejemplo de ello se ve en las declaraciones que el técnico Pedro Troglio ofreció hace algunos días. En ellas, el argentino reconoció que, cuando Vento se fue, él tuvo la intención de hacer lo mismo, pero la cláusula de salida que tiene con el equipo es tan cara que la idea se quedó en etapa preliminar y nunca pudo madurar.Otra de las declaraciones de Troglio también nos sirven para entender aquello que sucede. El DT ha manifestado su certeza sobre el hecho de que su equipo no contará con ningún refuerzo más para el torneo Clausura, ya que el club no está en condiciones de satisfacer esas necesidades. Esto demuestra que las finanzas en la “U” no son de las mejores. En este escenario, el delantero Daniel Chávez es el único jale de los de Ate para la segunda parte del campeonato. Del equipo se fueron Hernán Rengifo y Adrián Ugarriza, ambos delanteros, cuya ausencia Chávez tendrá la responsabilidad de aplacar.Todo indica que los esfuerzos administrativos direccionados a los presupuestos por parte del club están centrados en sostener la plantilla que actualmente tienen, cumplir con aquellos jugadores que continúan en el club y evitar incumplir al menos en ese aspecto. Esto se traduce en no generar más deuda, además de la que se tiene con la Sunat. No sería la primera vez que Universitario busque apelar a su grandeza para aplacar el temporal y tampoco sería la primera vez que lo logre en caso suceda. Pero es claro que, año tras año, a la “U” le irá costando más mantener esa estabilidad en la cancha, mientras que a nivel institucional parece fragmentarse más y más.