Con esta frase leída en español Barack Obama concluyó ayer uno de sus más importantes discursos.

El restablecimiento de relaciones diplomáticas de Estados Unidos con Cuba marcará el inicio de una nueva etapa para la isla y para el mundo.

Los cambios políticos y económicos que traerá consigo esta decisión serán positivos e impresionantes para el pueblo cubano. Los compromisos que han asumido ambos gobiernos permiten prever un horizonte de integración y desarrollo conjunto.

Lo más relevante será la implementación progresiva de reformas democráticas en Cuba, cambiando así el rumbo de la isla.

Barack Obama pasará a la historia como un gran líder al dar este gran paso geopolítico, en el que reconoció que la política exterior que se tenía hasta ayer era obsoleta y no conducía a ninguna parte.

Es emocionante el tenor del comunicado de la Casa Blanca, donde se reconoce que las sanciones sobre Cuba a lo largo de la historia imponían una carga absurda a los ciudadanos cubanos y se da inicio a una nueva etapa de colaboración.

El gobierno estadounidense da un gran paso al destacar que una política de compromiso con la isla puede ser mucho más eficaz que el aislamiento. Obama ha hecho un llamado a desencadenar el potencial de 11 millones de cubanos y poner fin a las innecesarias restricciones impuestas por el régimen cubano en sus actividades políticas, sociales y económicas. Es un llamado a recuperar la libertad en todos los ámbitos.

El gobierno cubano y el estadounidense merecen hoy el aplauso de toda la comunidad internacional por el paso que han dado en el camino correcto. Nos han demostrado que con valentía, inteligencia y decisión el mundo sí puede cambiar.