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Lionel Messi se perderá el partido de Argentina ante Perú el próximo 6 de octubre, pero más allá del beneficio que esta ausencia podría representar para los intereses de la selección nacional, resulta oportuno reparar en la cantidad de lesiones que el mejor jugador del mundo ha sufrido en los últimos años.

Todo empezó en 2006, año en el que el argentino sufrió tres lesiones, dos de ellas en el bíceps femoral derecho, en febrero una elongación y en marzo una rotura. La otra fue una rotura en el dedo meñique del pie izquierdo. En 2007 fueron dos las lesiones que lo aquejaron: una contractura en el isquiotibial derecho y la rotura del bíceps femoral izquierdo. Al año siguiente se volvió a romper el bíceps femoral izquierdo.

En 2009, Lío no padeció y se podría decir que 2010 fue un año generoso también, si se tiene en cuenta que apenas sufrió un esguince de ligamentos en el tobillo derecho. Luego de eso, todo parecía ingresar a una etapa de calma relativa entre los años 2011 y 2012 porque estuvo alejado de lesiones serias. Pero en 2013 vuelven los muslos para desbaratar el mundo del ‘10’. Fueron cuatro lesiones (elongación en el bíceps femoral derecho, hematoma en el femoral izquierdo, lesión en el femoral derecho y, finalmente, una nueva lesión en el femoral izquierdo). Setenta días sin actividad durante ese año.

En 2015, ya con Luis Enrique como entrenador, sufre una rotura del ligamento interno de la rodilla izquierda (56 días fuera). Su última lesión, rotura muscular del aductor derecho y posible pubalgia, podría llevarlo al quirófano si es que no responde al tratamiento al que viene sometiéndose.

Messi es uno de los jugadores con mayor actividad ajena a la del club al cual pertenece, cuando no estuvo jugando en los Mundiales o participando en la Copa América, el argentino ofrecía partidos de exhibición con la intención de recaudar fondos para su fundación. Un gran gesto que, sin dudas, también le está pasando factura. Es por ello que en sus últimas pequeñas vacaciones optó por simplemente descansar.

Hay un detalle en el que también es oportuno hacer hincapié, Messi no es un jugador normal y no solo por la magia que lleva en los pies, sino por lo que se tuvo que hacer para llegar a ser quien es. Fue sometido a un tratamiento hormonal intenso casi desde que tiene uso de razón para corregir sus problemas de crecimiento. La mayoría de las lesiones que ha sufrido se ubican en los muslos y la zona pélvica, son varios los tratamientos a los que se sometió por esos problemas y ahora está a punto de ser operado. Messi tiene 29 años, pero su desarrollo no fue normal.

Quienes amamos el fútbol esperamos ver mucho más de él. Esperamos que Messi, una vez más, se burle del destino.