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La situación se va volviendo insostenible en Venezuela, donde una turba chavista irrumpió ayer en la sede de la Asamblea Nacional mientras se analizaba la situación generada después de que el presidente Nicolás Maduro y sus cómplices enquistados en el Estado decidieran suspender el proceso revocatorio contra ese mandatario que podría llevarlo a la destitución, algo que parece aterrar a los que han sumido a los venezolanos en una de las peores crisis (política, económica y social) de su historia.

Ya hace pocos días vimos la majadería de Maduro de saltarse al Congreso opositor para hacer aprobar el presupuesto nacional de 2017 por sus jueces amigos. Una total ilegalidad. Luego de esto vino el dictado judicial de impedimento de salida del país para un grupo de líderes opositores, entre ellos Henrique Capriles. Ahora tenemos la irrupción de una turba en el Legislativo mientras se veían las medidas a tomarse tras la suspensión del revocatorio por parte del Consejo Nacional Electoral (CNE).

En ese sentido, es muy válido destacar la actitud asumida por el gobierno del Perú, a través del Ministerio de Relaciones Exteriores y el canciller Ricardo Luna, que ha rechazado la decisión del CNE de postergar el referéndum por considerar que la medida atenta contra los derechos constitucionales de los venezolanos. Se trata de una actitud como país que difiere mucho de la mostrada por el humalismo, por razones que quizá puedan explicar las agendas de Nadine Heredia.

Sin duda Venezuela está a punto de estallar ante la intransigencia del chavismo y de Maduro, quien además se encuentra fuera del país, mientras que el CNE será denunciado por el Congreso ante la Corte Penal Internacional (CPI). La situación es crítica a nivel político, social y económico, pues la gente en las calles viene padeciendo la falta de alimentos y medicinas, y la inflación llega a límites insospechados. Ahí está, pues, el “socialismo del siglo XXI”.

La situación en Venezuela parece estar llegando a un límite, y solo queda esperar que el fin del chavismo llegue sin más violencia y respetando lo que disponen las leyes de ese país. Acá no caben “cuartelazos”, “juntas de gobierno” ni interrupciones de la legalidad. Bajo la atenta mirada del resto de naciones de la región, Venezuela debe erradicar al chavismo y volver a la democracia civilizadamente, y dejar atrás la manera en que Chávez y Maduro han manejado el país.

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