Interesantes los resultados de la encuesta de GFK aparecidos el domingo por la noche en Latina y al día siguiente en La República. Sin embargo, habrá que esperar unas semanas más para ver si viene teniendo algún efecto en el electorado el hecho de que el candidato de Alianza Para el Progreso (APP), César Acuña, haya plagiado parte de la tesis con la que obtuvo el grado de doctor ante la Universidad Complutense de Madrid (UCM).

Será recién con la próxima encuesta de CPI que publicaremos en Correo, y con las que aparecerán en otros medios, que nos daremos cuenta si algo pasa con Acuña, pero, sobre todo, con esos nuevos sondeos sabremos si los peruanos somos capaces o no de darle la espalda electoralmente a quien a todas luces ha incurrido en un accionar reprobable, que en cualquier otro país serviría para lapidar sin atenuantes hasta al político más plantado.

Sería muy lamentable que sea como indican algunos: que poco o nada importa a los peruanos que alguien que sale a pedirles su voto incurra en el delito y la sinvergüencería de adueñarse de la propiedad intelectual de otras personas, para luego admitir que omitió citar a algunos “pocos autores” (algo que se entiende como plagio en cualquier parte del mundo), pero que acá no pasa nada y por eso no renunciará a ser candidato a quien personifica a la Nación.

Las próximas encuestas nos dirán si los peruanos sabemos decir no a este tipo de conductas de por sí condenables, o si salimos a aplaudir y respaldar con potenciales votos la “viveza” y la “criollada” que, para colmo de males, tras ser puesta al descubierto trata de ser camuflada bajo acusaciones sin sentido de campañas y hasta de racismo en contra de quien “viene de abajo”, algo que por supuesto solo se creen Anel Townsend y compañía.

Un país que se respeta tiene que condenar con total contundencia los delitos y la sinvergüencería, vengan de donde vengan. No podemos ver como “exitoso” o “triunfador” a quien sustenta su quehacer en un accionar reñido con la ley y los valores. Más que ver cómo van las tendencias electorales, las próximas encuestas nos ayudarán a saber cuál es la actitud de los peruanos frente a eso que muchos podrían mal llamar “viveza criolla”, pero que en realidad es un condenable robo.