De acuerdo con cifras del INEI, el 87.9% de la población se siente en riesgo de ser víctima de algún delito. Mientras más grande la ciudad, más alta la percepción de inseguridad. En el caso de pobladores que viven en barrios que no cuentan con vigilancia, la sensación de inseguridad llega al 90%. Sin embargo, el 87.7% de aquellos ciudadanos que viven en barrios que sí tienen vigilancia se sienten inseguros.

Y cómo sentirse seguro en un país donde la violencia y la impunidad son cosas de todos los días. Romina Cornejo tenía tres años cuando unos delincuentes intentaron robarle a su abuelo US$2000. No contentos con llevarse el dinero, dispararon dejando cuadripléjica a Romina. Ella falleció hace unos días, a los 8 años. En 2011, 8 delincuentes atacaron el auto de la esposa del congresista Renzo Reggiardo, dejando gravemente herida a su hija de 9 años.

El Estado peruano no ha logrado satisfacer las demandas de sus ciudadanos por seguridad, lo que debilita su confianza en el Estado y como consecuencia la gobernabilidad. Ante ello, el monopolio de la violencia, que debe necesariamente ser ejercido por el Estado, no existe. La violencia es ejercida por cualquiera.

Fukuyama sostiene que la incapacidad de los países de cubrir las demandas de sus ciudadanos se debe a la mala administración burocrática y a la debilidad de los estados. La única forma de revertirlo requiere que los ciudadanos se involucren en política. Y ello no pasa por ir a votar cada cinco años. Sin una sociedad que mantenga la presión sobre sus gobernantes exigiéndoles rendir cuentas, no será posible.

En el Perú no existe una cultura de rendición de cuentas. Existe una desconexión entre los políticos y los ciudadanos que los llevaron al poder. Los primeros no entienden que tienen la obligación de actuar con transparencia y eficiencia; y los segundos que son ellos quienes tienen el poder a través del voto.

En plena campaña presidencial, el Instituto de Defensa Legal evalúa las propuestas de seguridad ciudadana presentadas por los candidatos: solo tres partidos tienen propuestas coherentes que parten de un diagnóstico serio. El resto de propuestas podría generar “más inseguridad y delincuencia” e incluso resquebrajar los derechos de los ciudadanos y llevar a situaciones que faciliten el abuso de poder. ¿Sabía que dentro de las diez provincias con las tasas de homicidios más altas, tres pertenecen a La Libertad: Ascope, Trujillo y Virú?

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