EE.UU. atento a lectura de sentencia en caso Hezbollah en Perú

Una prueba de que nuestro país no es inmune a las amenazas del terrorismo islámico es el caso de Mohammed Hamdar (30), el agente del grupo subversivo Hezbollah que fue detenido en octubre de 2014 por nuestras autoridades.

Documentación a la que accedió Correo revela que la justicia norteamericana y sus unidades que combaten el terrorismo internacional no han perdido de vista el proceso judicial al que Hamdar fue sometido en nuestro país, y cuya sentencia se conocerá este jueves 20 de abril.

En octubre de 2016, el Departamento del Tesoro de EE.UU. anunció el congelamiento de cuentas del ciudadano libanés “por ser miembro de la organización terrorista internacional Hezbollah”. La alerta, calificada de “muy urgente”, confirma la “grave amenaza” que representaría la liberación de Hamdar.

Al igual que la Federal Bureau of Investigation (FBI), la Fiscalía y la Procuraduría Antiterrorismo califican de “alta peligrosidad” su permanencia en libertad, debido a la gran cantidad de evidencia incriminatoria encontrada durante las investigaciones.

Cuando se capturó al fanático de Hezbollah, en Surquillo, sus manos se encontraban recubiertas de insumos químicos comunes para la preparación de explosivos, siendo nitroglicerina uno de ellos.

Esto encaja con las decenas de imágenes de diversos lugares “clave para su operativo” que fueron desencriptados de su teléfono celular: el Congreso de la República, el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez y la Dirección Contra el Crimen (Dirincri), por mencionar solo algunos, los cuales, según el terrorista libanés, eran parte de su “pasatiempo”.

Sin embargo, todos estos lugares fueron fotografiados de forma subrepticia, como se demostró a través de un peritaje realizado por la Policía, que fue usado como elemento probatorio durante el juicio.

El contexto en el que se detectó el ingreso de Hamdar a nuestro país, por alerta previa del Servicio de Inteligencia Israelí (Mossad), terminaría de explicar el “peligro latente” que representaba su presencia en nuestro país debido a que todo lo ocurrido se dio en el marco de la COP20, en la que autoridades de todo el mundo iban a participar.

Durante uno de los interrogatorios, el libanés admitió formar parte de esta agrupación terrorista. Las investigaciones develaron además que adoptó una nueva identidad para infiltrarse en nuestro país, por medio de documentación falsa y dinero de procedencia ilícita.