El porqué de las canas de Ollanta Humala
El porqué de las canas de Ollanta Humala

“Ollanta entró al Gobierno como uno de Beca 18 y va a salir como uno de Pensión 65”. Manolo Rojas, el mejor imitador del Presidente, lo pinta así, a pelo.

Y es que  irrumpió en Palacio con la testa negra, de estreno, azabache, y está por irse, cinco años después, con una inexorable canicie, avejentado, tío.

“Como soy militar,  me sacó canas verdes”, pretexta el Mandatario en la voz, ingenio e imaginación de Alfredo Marcos, el magistral caricaturista de esta Casa Editora. Y acota: “La buena noticia es que tengo para tirarme canas al aire como cancha”.

En verdad, Ollanta empezó a despintarse desde el primer día en el poder. Y la cana inicial se la estampó el hermanísimo Alexis, quien -rápido y furioso- alzó vuelo a Rusia en busca de acuerdos comerciales de conveniencia propia.

El papá, don Isaac, pareciera que quiere verlo con la cabeza blanca y todas las arrugas y ojeras del mundo, como él. Siempre fue una piedra en la bota del comandante, y la pulga en la oreja de la Primera Dama, “borrachita de poder”, como la bautizó.

¡PERO QUÉ BONITA FAMILIA!  y la misma Ima Súmac, los otros hermanos, cada uno a su turno, también han hecho que Ollanta se arranque los pelos con sus arrebatos, alucinaciones y críticas despiadadas. La panaca separada por un nudo gordiano. Y dicen algunos especialistas que la fatiga que acarrea la frustración familiar es aún más lacerante.

“Con lo que son puestos y cargos de responsabilidad viene el estrés, y cuando este llega a niveles extremos, se aprecian efectos claros en el organismo, como el envejecimiento. En psicología eso se llama ‘quemado por el trabajo’, que tiene signos y síntomas, entre ellos por ejemplo la toma de decisiones erradas y problemas serios de personalidad”, explica el psicólogo Javier Salas mientras repasa el evidente desgaste de Ollanta.

EN BLANCO Y NEGRO. Casos y cosas como la inseguridad ciudadana, Conga no va, Tía María, gas a 12 soles, las agendas de Nadine, Martín Belaunde, Todo Graph, Chehade, Marisol Espinoza, “Cosito”, Partido Nacionalista y un complicado etcétera deben sonar a campanazo de sentencia para el jefe de Estado saliente, que va camino a lucir rucio como “Copito de Nieve” (salvo que la patrona lo mande en busca de algún tintán).

“Los presidentes envejecen dos años por cada uno que están en la Casa Blanca”, dijo a The New York Times el doctor Michael Roizen, a propósito del cabello gris de Barack Obama. Parece que nuestro Palacio de Gobierno registra la misma tendencia desgastante.

“Ollanta está canoso porque sabe que él o su esposa pueden ir a parar a la cárcel. Además, cinco años manejando un país como el Perú ocasiona problemas a cualquiera. Tiene un futuro muy difícil, con el agregado de que en América Latina están metiendo presos a los presidentes”, señala el analista Agustín Figueroa.

O sea, el panorama no pinta precisamente auspicioso para Humala Tasso. Las canas se cruzan en su camino.

DATO

53 años tiene el esposo de Nadine. Nació el 27 de junio de 1962 en la capital.

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