“En pleno 2024, para muchos peruanos, no sólo la despensa amazónica es un tesoro por descubrir, sus productos y artes gastronómicas, sino también su biodiversidad”, escribe Jimena Agois, fotógrafa y periodista gastronómica
“En pleno 2024, para muchos peruanos, no sólo la despensa amazónica es un tesoro por descubrir, sus productos y artes gastronómicas, sino también su biodiversidad”, escribe Jimena Agois, fotógrafa y periodista gastronómica

Una de las claves para lograr una buena cocina de la selva, es siempre trabajar con productos frescos y platos recién hechos; y eso ha sido lo que durante los últimos 30 años han tratado de mantener Elia García y su esposo César Reátegui en su restaurante La Patarashca, un lugar que rescata y enaltece los sabores de la cocina en Tarapoto. Imposible imaginarse hace treinta años todo lo que han logrado con trabajo y esfuerzo: un grupo que cuenta con siete empresas y una asociación, hoy a cargo de sus hijos Emil y Cindy y con el importante apoyo de Aldo Yaranga en la concepción gastronómica de los restaurantes. Gastronomía, turismo y hostelería en la selva alta de la amazonia donde se pone en valor los saberes y sabores ancestrales y la biodiversidad de la región de San Martín, de la que están orgullosos y con la que están muy comprometidos.

Este año no solo se celebró un aniversario más por todo lo alto en la fiesta Magia y Sabor, sino también la remodelación del local de La Patarashca, donde los anfitriones convocaron a personalidades de la gastronomía de todo el país como Agustín Jordán de El Cantaro de Lambayeque, Luis Romero de Koi Trujillo, Luis Alza y Joel Chirinos de Viva Lima y Limaq Bar, Mayra Flores de Shizen, Félix Yong de El Chinito, José del Catillo de Isolina, Jorge Muloz y Wilson Villar de Oqre Cusco y Meriba de Tingo María respectivamente, en una fiesta inolvidable donde se destacó la potencia culinaria de las regiones de nuestro país, y una vez más las cocinas del Perú se unieron para celebrar.

En pleno 2024, para muchos peruanos, no sólo la despensa amazónica es un tesoro por descubrir, sus productos y artes gastronómicas, sino también todos esos emprendimientos que se desprenden de su biodiversidad, como por ejemplo las minas de sal de Pilluana, sal rosada de excelente calidad extraída manualmente por los comuneros de la zona. Una sal libre de colorantes y conservantes, sin añadidos. O el trabajo de las mujeres de Cha-zuta, que pasaron de sembrar coca a volver el cacao su sustento de vida, y ahora lideran Mishki Cacao. 14 mujeres campesinas trabajan en un producto que se vende en el mercado chocolatero nacional. Las visitamos en esta oportunidad, luego de casi 10 años y el avance que han logrado en su producto es notable.

El trabajo de Elia García, quien hasta el día de hoy estudia las plantas medicinales autóctonas, es con productos locales como el mojambo, los ajíes, la cúrcuma y otros productos regionales desde hace muchos años. Hoy Suchiche, el café / bar que regentan anexo al hotel y restaurante La Patarashca, se ha convertido en un espacio de innovación gastronómica sostenible, desde donde están armando una marca de venta de productos locales empacados: mishkina, encurtidos, aceite de coco, especias. Todo se hace desde cero. Pero eso no es todo, el embutido de paiche y el resto de trabajo alrededor de este producto que junto a Aldo Yaranga están logrando, dando visibilidad a los trabajos de la comunidad y mostrando con orgullo y alegría todo lo que la selva tiene es hermoso y de excelente calidad. Y están queriendo dar un paso más para poder traer dichos productos a la capital y darlos a conocer.

En este viaje los amigos de La Patarashca nos mostraron su casa, San Martín, los productores con los que trabajan y admiran, como Ana Rosa Benavides, quien desde la Fundación Bosque Guardian confecciona papel artesanal con fibra vegetal y desechos orgánicos que luego convierte en libretas, abanicos, lamparas, entre otras maravillas. O la repoblación y rescate de las abejas meliponas y uso de su miel para temas gastronómicos y de salud.

Hay mucho que descubrir, si visitan Tarapaoto. Deben darse una vuelta al Centro Medicinal Takiwasi, al Museo de Ayahuasca, al hermoso pueblo alfarero de Chazuta, que con su delicada cerámica son hoy Patrimonio Cultural de la Nación, la tienda de Jane Artisan que recoge el trabajo de muchas comunidades locales y lo visibiliza y pone en valor.

Las historias de vida de los protagonistas de esta cadena productiva son tan conmovedoras como gratificantes. Tarapoto es una ciudad hermosa que sin duda deben visitar.

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