Desde el 2016, donde fue elegido Ollanta Humala se ha seguido escrupulosamente una política pública para hacer retroceder a nuestro país. El resultado es que pese a los buenos precios de los metales a nivel mundial o el repunte de la agro exportación peruana, nuestro país ha retrocedido al menos 11 años en los principales indicadores sociales como pobreza, anemia y desempleo.

Muchos se han preguntado ¿Quiénes son los culpables de este rotundo fracaso? Hay que decirlo fuerte y claro, sin tibiezas: el modelo implementado desde el gobierno de Humala y que siguió sin cambios con los gobiernos de PPK, Vizcarra, Sagasti, Castillo y Boluarte es responsabilidad de la cúpula caviar. Supuestos “tecnócratas” que coparon ministerios, criticando a los políticos e imponiendo sus decisiones bajo el rótulo de “técnicas”, “moderadas” y hasta “científicas”. Esos mismos personajes, harto conocidos por sus eternas apariciones como “expertos” en medios y universidades alineadas a la izquierda, tomaron en 2021 la decisión de apoyar a al tridente de la corrupción: Castillo -Boluarte- Cerron. No lo hicieron por la convicción de que este nuevo experimento de izquierda esta vez si funcionaria, sino que lo hicieron para manejar a otro presidente como títere y seguir robando en el Estado. Se los advertí con cifras y datos: Perú Libre destruyó la región Junín con los peores datos de aumento de pobreza, anemia, muerte materno infantil y desempleo de la historia. Ahora se hacen los indignados por el aumento de la pobreza cuando son ellos los responsables. La única forma de recuperar el crecimiento y reducir las brechas sociales es con un cambio de modelo: políticas públicas serias que dejen atrás el modelo burocrático de izquierda apostando por el futuro. Si seguimos con la misma gente, esta situación nunca cambiará.