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Celebrado lapsus

El subconsciente traicionó ayer a Pedro Olaechea mientras dirigía la sesión plenaria. Horas antes de su encuentro con Martín Vizcarra, zanjó sin dudas un debate. “Queda rechazada la cuestión de confianza”, dijo. Fue entonces que estallaron las carcajadas en el hemiciclo.

Impacto

Olaechea no se refería a la confianza al Ejecutivo en el marco de la crisis política, sino al rechazo de una cuestión previa para que el caso de Yesenia Ponce retorne a la Comisión de Ética. El lapsus del presidente del Congreso causó tanto impacto como aquel otro del 2000 en que Gerardo Cruz juró “por Dios y por la plata”.

Sapos en el Congreso

El congresista Richard Arce denunció que personas ajenas a su despacho ingresaron a su oficina, ubicada en el tercer piso del Palacio Legislativo, cuando se encontraba en semana de representación. Asegura que el pasado 26 de agosto, a las 9:10 p.m., se encontró una llave puesta en la puerta. Ni el Congreso se salva de los facinerosos.

Becerril y Carreño

La incesante arremetida de Becerril contra la izquierda hizo que su colega Quintanilla le recomendara al fujimorista leer el Manual de Carreño a fin de guardar la compostura en las sesiones. A juzgar por las decenas de sanciones aplicadas en Ética, es evidente que nada saben del pedagogo venezolano.

Fosforito

Lescano se prendió como fosforito mientras intervenía en la comisión que preside Rosa Bartra. De pronto, cuando hincaba al fujimorismo se escuchó que le gritaban “acoso”, y él reaccionó airado acusando a al “naranja” Ángel Neyra de lanzarle insultos.

Cobarde

El acciopopulista le pidió a Bartra que le diga “a ese cobarde” que deje de hablar. La mención se había formulado fuera de micrófono. Bartra le sugirió que no use esas palabras, pero Lescano le exigió que ponga orden en su bancada. Ante este escenario, los “naranjas” abandonaron la sala y solo volvieron cuando Lescano terminó de exponer.

Al sentimiento

La defensa de Yesenia Ponce ante el pedido de suspensión en su contra estuvo cargada no solo de histrionismo sino también de algunas lágrimas. “No quiero ser una congresista resentida”, dijo ante un hemiciclo que no se dejó trabajar el sentimiento.

Nuevo aliado

Lo que llamó la atención durante el debate fue que la bancada de Nuevo Perú, a través de Indira Huilca, defendió a la tan vapuleada Ponce. Claro, como ya no es fujimorista, la cosa cambia. La izquierdista pidió que el caso retorne a comisión y lamentó que no se hayan mostrado elementos que demuestren alguna responsabilidad ética.