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Armas poderosas.
Con el paso del tiempo los voluntarios recibieron la ayuda de las ONG y demás instituciones. Donaron escobas, recogedores, lejía, bolsas de basura y productos de limpieza para poder limpiar el lugar. Es una tarea ardua, pero el compromiso de los dos grupos es tratar de que la hacienda recupere su esencial colonial y ser reconocida por las personas que la visitan. Foto: Jorge Cerdan / @photo.gec
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Apoyo Mutuo.
El cuidado y faenas de mantenimiento fueron iniciadas por los vecinos de la Urbanización San Antonio de Carabayllo Sur desde que se formaron como organización vecinal desde el año 2011 y a partir del 2018 se inicia una seria de coordinaciones y reuniones con representantes del Ministerio de Cultura para promover el cuidado y defensa del Fortín. En el 2019 se inscribe en el ministerio de cultura el grupo de Defensores del Fortín nombrándose coordinador al Vecino Bladimir Sanchez Saavedra avalados por la Directiva de la Urb. San Antonio de Carabayllo Sur y se realizaron varias Actividades conjuntas con el Ministerio y la Municipalidad.En Agosto del 2021 se firma otro voluntariado llamado guardianes del Fortín encabezados por Elvis y se ha sumado a los defensores del Fortín y ahora somos un gran grupo. Foto: Jorge Cerdan / @photo.gec. Foto: Jorge Cerdan / @photo.gec
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Señalizaciones.
Los voluntarios de Los Guardianes y Defensores del Fortín gestionaron con el tiempo, el poner señalizaciones en cada parte de la hacienda. Esto se dio con el objetivo de concientizar a las personas que lo visiten y que tengan conocimiento, que hay un grupo de personas que protegen el lugar. Foto: Jorge Cerdan / @photo.gec
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La imponente Hacienda.
Su primer dueño fue Juan Guerrero y hasta el S. XVIII fue conocido como la hacienda de Guerrero. En 1794 los nuevos dueños adquirieron otras tierras agrícolas incrementado su extensión, la hacienda cambió de nombre por el de Chacra Grande. A mediados del S. XIX, la moda europea influenció en la construcción de algunas haciendas como la de Chacra Grande. Es así como la hacienda cambió su estructura externa e interna, construyéndose muros apoyados con contrafuertes y torreones, tratando de evocar la época medieval. Es así que con el paso del tiempo pasa a Llamarse haciendo el Fortín. Foto: Jorge Cerdan / @photo.gec
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La Ermita de la hacienda.
Con gran imponencia y conservada a pesar de los años la capilla de la hacienda el Fortín se mantiene sólida. Con las nuevas gestiones de los voluntarios, en su alrededor se está implementando áreas verdes. Foto: Jorge Cerdan / @photo.gec
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La unidad hace a la fuerza.
Elvis Huamaní Requena forma parte del voluntariado los Guardianes y Defensores del Fortín, sus abuelos trabajaron en la hacienda en la reforma agraria. Elvis comenzó a reunir de jóvenes durante la pandemia y formo un buen grupo para trabajar en las faenas de limpieza. Él y los voluntariados mueven la parte técnica, las redes sociales. Esto desarrolló un buen alcance en internet. Huamaní incentiva a los nuevos jóvenes voluntarios a seguir identificándose con la casa hacienda el Fortín. Foto: Jorge Cerdan / @photo.gec
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El paso del tiempo.
Por muchos años la hacienda el Fortín se mantuvo en pie, a pesar de las dificultades en su cuidado. En el interior se puede observar, aun, las losetas coloniales de la época, así como también la infraestructura del techo y la pared. Foto: Jorge Cerdan / @photo.gec
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Tarea Ardua.
El recojo de residuos, es una tarea ardua, para los Guardianes y Defensores del Fortín. Aún existen personas que no respetan el cuidado histórico del lugar. Se está haciendo una propuesta para poner un cerco perimétrico en la hacienda (ingresar solo por la parte principal) y así, se pueda poner un orden con el tema de los desechos. Foto: Jorge Cerdan / @photo.gec
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Proteger el patrimonio.
La hacienda el Fortín se caracteriza por su construcción de la época de los hacendados. Es una lucha constante de los Guardianes y defensores del Fortín, la restauración del lugar. En la imagen observamos una de las áreas de la hacienda, cuyas paredes se mantienen en pie a comparado del techo que no pudo resistir el paso del tiempo. Foto: Jorge Cerdan / @photo.gec
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Los Torreones.
Los torreones en calidad sirvieron como miradores, desde donde se podía observar el trabajo de los peones al servicio de la hacienda, asimismo, para vigilar y prevenir robos de productos agrícolas y de ganado. Esta edificación, más que una imitación de la construcción militar medieval, demostraba el poder económico del hacendado. Foto: Jorge Cerdan / @photo.gec
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La casa hacienda el Fortín.
Con una arquitectura del siglo XVIII, la Hacienda el Fortín conserva con mucho esfuerzo su arquitectura colonial. A pesar del tiempo, aún se mantiene intacta. Según la historia, este lugar sirvió de hospedaje al ejercito libertador de don José de san Martin en 1821, antes de la independencia del Perú. Foto: Jorge Cerdan / @photo.gec
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Seguridad.
Personal del Serenazgo de la Municipalidad de Carabayllo, vigila la hacienda el Fortín durante el día. Tienen una hora limitada de supervisión. Foto: Jorge Cerdan / @photo.gec
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Unidos por conservar el patrimonio.
Los Guardianes y Defensores del Fortín son dos grupos que se unieron con el tiempo, teniendo en común un mismo objetivo: Preservar y cuidar la hacienda el Fortín. Este lugar estuvo en abandono por muchos años. Ahora con esta iniciativa de los dos grupos, se está dando una restauración que cada vez recibe apoyo de instituciones nacionales como el ministerio de cultura y ONG. Foto: Jorge Cerdan / @photo.gec