Potabilizar el agua en Lima cuesta tres veces más que en otras ciudades
Potabilizar el agua en Lima cuesta tres veces más que en otras ciudades

A cinco mil metros sobre el nivel mar, en la sierra central, se encuentra el corazón de la supervivencia de Lima y Callao. Así denomina Jorge Gómez Reátegui, gerente comercial de Sedapal, a las represas Antacoto y Huascacocha, en la vertiente del Atlántico, que sumadas a 21 lagunas represadas de la cuenca del Pacífico abastecen del líquido elemento a limeños y chalacos.

En estos almacenes, que se llenan durante el periodo de lluvias, el agua es de gran calidad. Sin embargo, según Gómez, esta cualidad la va perdiendo en el recorrido que realiza hasta llegar a La Atarjea, en Lima, debido a que se mezcla con residuos domésticos, industriales y mineros.

“Este hecho genera que el gasto para potabilizarla sea tres veces más que en otras ciudades, pues deben comprarse mayores insumos químicos”, reveló.

Asimismo, fuentes de Sedapal detallaron que en los últimos años, este gasto (que bordea los S/14 millones anualmente) se incrementó en 30%.

CONTAMINACIÓN. En ese sentido, Rómulo Cárhuaz, analista de Manejo de Cuencas, explicó que la polución del agua se produce cuando esta ingresa al cauce del río Rímac, desde San Mateo, en la provincia de Huarochirí, hasta La Atarjea, en El Agustino.

“La contaminación proviene principalmente de aguas servidas, residuos sólidos y sustancias tóxicas, metálicas y no metálicas, y esto es responsabilidad tanto de las familias como de las empresas”, refirió.

Por su parte, Gómez señala que Sedapal logra potabilizar el agua a tal punto de que puede “ser consumida directamente por las personas”, pero esto no sucede debido a que existen tuberías -por donde se distribuye a los hogares- con más de 50 años de antigüedad.

Hay otras tuberías, dijo, que han sufrido daños a causa del terreno donde se encuentran.

“Los conductos más viejos están en el centro de la capital. Para renovarlos se necesita gran inversión”, acotó.