Crean un museo dedicado a las picanterías y la tradición gastronómica de la Ciudad Blanca a un paso de la plaza de Armas de Arequipa.
Roger Falcón tenía un sueño. Hijo de Benita Quicaño, dueña de la tradicional picantería La Benita del Characato, deseaba expandir el negocio familiar a un área en la que restaurantes como el suyo se habían retirado: el centro de Arequipa.
Hace dos años cumplió este anhelo con un local, bautizado como La Benita de los Claustros, a tan solo veinte metros de la plaza. Pero se encontró con una situación que no se esperaba.
Los que se acercaban a su restaurante no eran solo comensales, sino también turistas ávidos por conocer la rica tradición culinaria characata. “Tocaban la puerta desde temprano para ver cómo trabajábamos”, cuenta a la agencia de noticias Andina.
Dando vueltas al asunto, y juntando su pasión por la cocina y su profesión de arquitecto, decidió acondicionar en su recinto un museo dedicado a las picanterías.
En dicho lugar se exponen los productos típicos que se emplean en la cocina de la Ciudad Blanca, los utensilios tradicionales, así como otros detalles en cuanto a decoración.
Cuenta Falcón que un detalle muy típico en las picanterías es reciclar el mobiliario familiar. Por ello, ha rescatado mesas y sillas de madera de distinta procedencia, la mayoría con varias décadas encima, lo que da un aspecto rústico y precario.
Datos
El museo de las picanterías atiende desde las 10.00 horas todos los días.
Se ubica en los Claustros de la Compañía, a un paso de la plaza de Armas de Arequipa.
700 platos típicos de Arequipa están documentados.