La biblioteca pública de Athens-Limestone en Alabama en Estados Unidos, se estaba quedando casi sin libros porque los lectores no regresan los libros.
Los retrasos, pérdidas y no devoluciones de los libros acumulaban ya unas pérdidas de 200.000 dólares, por culpa de una buena cantidad de usuarios irresponsables que no cumplían con su deber de entregar los ejemplares.
Así que la biblioteca ha enviado una comunicación a todos los usuarios advirtiendo de que se aplicarán en lo sucesivo las normas más estrictas que se puedan aplicar, con multas e incluso con penas de cárcel para los infractores, según informa The Guardian. La directora de la Athens-Limestone, Paula Laurita, aseguró que la aplicación de estas duras normas, que pueden conllevar multas de 100 dólares o 30 días de cárcel e incluso ambas cosas, era necesaria porque el gasto económico de las no devoluciones es un “robo a los contribuyentes” y un obstáculo para la eficacia y el funcionamiento de la biblioteca.
“A veces oímos, 'le presté mi tarjeta de la biblioteca a mi prima,'” explica Laurita. “Y yo les pregunto: ¿le prestarías a tu prima tu tarjeta de crédito? Y si ella va y compra ropa por valor de 700 dólares, ¿te harías responsable de la factura? ”. En el peor de los casos un usuario podría acabar debiendo una gran suma a la biblioteca, pues se permite sacar hasta 25 libros a la vez y tienen un valor estimado de al menos 25 dólares cada uno en caso de pérdida. Sin embargo, la biblioteca aún dará una última oportunidad y se les notificará por carta o correo electrónico el retraso en la devolución. Si esto es ignorado, se le enviará una carta certificada y a partir de ahí se les dará un plazo de diez días antes de que la biblioteca inicie las acciones judiciales.