Desde tiempo atrás, exactamente en los tiempos virreinales, los padres franciscano iniciaron su colección bibliográfica, la misma que hoy alberga aproximadamente 25 mil volúmenes. Sobre esto, la Agencia Andina recorrió en pleno centro de Lima, donde se albergan verdaderos tesoros del arte religioso y la cultura universal.
Biblioteca más bella del mundoJunto a las bibliotecas de la abadía de Admont (Austria) y la del monasterio de Strahov (República Checa), la que alberga el convento de San Francisco es considerada por webs de viajeros como una de las más bellas del mundo. Contiene cerca de 25,000 volúmenes que incluyen raras ediciones Aldinas, Elzevirianas y Plantinianas, además de valiosos incunables y crónicas franciscanas de los siglos XV y XVIII respectivamente.
También custodia un Atlas de mediados del siglo XVII, el primer Diccionario editado por la Real Academia de la Lengua Española, la célebre “Biblia Regia” editada en Amberes en 1572 y más de 6,000 pergaminos. Igualmente, numerosas obras de jesuitas, agustinos, benedictinos y carmelitas traídas de Europa y que versan sobre filosofía, teología, historia, literatura, música, escritas en latín, español, francés, portugués, italiano, etc.
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Desde la construcción del convento en 1546, el diseño interior de la biblioteca se mantiene igual, con anaqueles de dos pisos con dos barandas colocadas una frente a otra y ligadas a un par de escaleras de caracol trabajadas en madera de cedro. Sobrevivió al terremoto de 1746, pero después del sismo del 15 de agosto del 2,007 fue necesario el resane de las grietas de las paredes y la restauración del techo que corría peligro de colapsar.
Obras de pintores célebresSin necesidad de viajar hasta el museo del Prado, en Madrid, o al del Louvre, en París, los peruanos tenemos en San Francisco la oportunidad de disfrutar de las obras de arte barroco del siglo XVII de afamados pintores europeos como Pedro Pablo Rubens, quien dirigió a sus alumnos para ejecutar los 11 lienzos de la serie “La Pasión de Cristo”, de 3 metros de alto x 2 de ancho, colgados en las paredes de la denominada sala de Profundis del convento.
En estas pinturas se observa la técnica llamada “luz de cueva”, la cual consiste en iluminar al personaje central, en este caso Jesús, para ser resaltado. En general todas ellas son de gran ejecución, armonía de color y gran expresión en sus personajes, un toque único del maestro Rubens, quien estuvo influenciado por maestros de la talla de Leonardo da Vinci, Miguel Ángel y Tiziano.
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La misma majestuosidad a la vista ofrecen los lienzos del taller del maestro español, Francisco de Zurbarán, que representan a los apóstoles de Cristo y que están distribuidos entre la sacristía y el refectorio del convento de San Francisco.
A esto se suma la gran cantidad de pinturas barrocas de los siglos XV, XVI y XVII, así como de la escuela cusqueña de autoría anónimos, que se pueden apreciar en los diferentes ambientes de este majestuoso convento franciscano.
Sillería del coroEn este tour religioso, el visitante ingresa a una pieza rectangular de 22 metros de largo por 12 de ancho, donde se conserva una impresionante sillería coral barroca del siglo XVII, tallada en cedro traído de Costa Rica. Un amante de la historia de la iglesia se siente automáticamente transportado hasta el siglo XIV, a la abadía benedictina que es descrita en la obra de Umberto Eco “El nombre de la rosa”.
Al observar los 130 asientos, preciosamente tallados y grabados en altorrelieves que representan a mártires, santas y santos de las tres órdenes seráficas, así como querubines, flores y diferentes animales, uno parece escuchar los cantos gregorianos que ahí se interpretaban hace 400 años. En medio de la sala hay un bello facistol giratorio en madera de cedro en donde se colocaban los inmensos libros corales para que los sacerdotes lean las notas musicales escritas con grandes letras sobre pergamino (piel de res).
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Con la información de Andina