Oswaldo Reynoso: Presentan reedición de El escarabajo y el hombre
Oswaldo Reynoso: Presentan reedición de El escarabajo y el hombre

“Capricho en azul” (Alfaguara, 2020) carga con toda la energía poética, vital, de la obra publicada de Oswaldo Reynoso.  Pero, a la vez, es un estilo nuevo, arriesgado cuando la narración quiere ir más allá de las ataduras de la culpa y el lenguaje. Inusual y cercano, entre esos márgenes camina, bebe, goza, sufre y ama el libro póstumo del escritor arequipeño. 

Una obra inclasificable, entre las memorias, la reflexión literaria, el relato, pero que mantiene la prosa poética, el acto de darle belleza a lo que se contempla, desea, odia. El texto “Plaza San Martín” es una muestra de esto.

ESTILO. Una mirada que los lectores de Reynoso ya conocen y disfrutan, pero que en este libro toma otro color, el de la vida intensa de los que están dispuesto a seguir sus pasiones: el azul.

Un azul que ya tuvo su preludio en “Arequipa, lámpara incandescente” (Aletheya, 2014) y que, en la reciente publicación, lo pinta todo con su iridiscencia y sus tinieblas. 

Este color es el medio de expresión de Reynoso -junto a las palabras, por supuesto- y se manifiesta como un estado poético. Los sentidos, el cielo de la memoria, el arte, el sonido de los idiomas, el llanto de un chibolo encerrado en su dormitorio: todo está manchado de azul. Un color que no tiene nada que ver con el de la portada del libro.

DECIR. Malte, los bares, César Moro, los amigos, Martín Adán, Arequipa, el Misti, China, los cuerpos, La Habana, el dolor, Venezuela, Lima, Julio Ramón Ribeyro, el amor, Gabriel García Márquez, los rostros y las sonrisas del Perú están en “Capricho azul”.

La poética de Reynoso, además, en todo su esplendor: las experiencias pisando tierra, o tragándola, y la literatura como forma de alcanzar los espacios de libertad.

“¡Qué difícil ser sincero con su propia madre!”, escribe como nota en “Epístola inconclusa”, una carta íntima de 1961, en la que el autor dice lo que antes callaba. Ese placer que en “Gloria in excelsis”, como transgresión, ambientado en un lugar religioso, puede liberar, como nunca, en un estallido físico que se aleja de lo sutil pero sin llegar a ser vulgar. 

Así es “Capricho en azul”: la rebeldía luminosa y oscura de Oswaldo Reynoso.