Con un recetario bajo el brazo entrevisté a Carmen, descubriendo una serie de recetas que deberían ser difundidas por su alto contenido nutricional, una de las pasiones de esta multifacética educadora.
¿Cuál fue el primer amor, periodismo o educación?
Primero educación porque mis padres fueron maestros. Y mi padre fue mi primer profesor y era muy exigente, desde entonces siempre obtuve buenas notas en ortografía. Y, en casa siempre leíamos revistas, historietas y libros de acuerdo a nuestra edad. Posteriormente en Educación Superior tuve un gran maestro, Juan Luis Cáceres Monroy, que nos daba la tarea permanente de leer libros de literatura universal y nacional. Nos impulsó a desarrollar periodismo tanto radial como escrito.
Nos preparaba para sacar al aire el programa mensualPensamiento y Cultura, donde dábamos a conocer el resumen del libro que habíamos leído, normas gramaticales y breves biografías de autores. También editábamos una vez al año la revistaLetras Jóvenesdonde publicábamos poemas de nuestra creación, análisis gramaticales y de literatura; a partir de entonces me comprometí con el periodismo. Y seguí la carrera de periodismo y desempeñé mi labor tanto en radial como escrita, hasta la fecha.
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¿Cuáles han sido sus referentes en la escritura?
Recibí el gran ejemplo de mi hermano mayor, José Luis, quien toda su vida se dedicó a leer y escribir. Empezó a publicar sus libros desde que era estudiante y yo aprovechaba de leer los libros que tenía. Tampoco olvido a Abraham Valdelomar, quien me dejó una profunda huella, especialmente cuando expresa: “Y mi madre era triste y la alegría nadie me la supo enseñar”, etc.
¿Cuál considera es la importancia de conocer nuestros productos oriundos y sus recetas?
Debido a mi experiencia docente constaté que una de las razones del bajo rendimiento escolar es la pésima alimentación; desde entonces conocemos los elevados índices de anemia y desnutrición que se inician en los meses de gestación debido a la elevada pobreza de las madres en el medio rural y en las áreas periféricas de las ciudades. Nuestros alimentos andinos contienen todos los nutrientes como proteínas, vitaminas, minerales y aminoácidos que constituyen las mejores alternativas potenciales para la alimentación humana y que el organismo necesita para vivir sanamente y prevenir enfermedades.
Nuestro organismo funciona en base a los productos que consumimos, y estos deben contener todos los nutrientes esenciales y en cantidades adecuadas, porque la salud y el desarrollo físico y mental tienen relación directa con la cantidad, calidad y frecuencia de los alimentos que se consumen. Hace una gran falta impartir educación, capacitación y extensión de conocimientos sobre la calidad nutricional de nuestros productos andinos, y sobre todo, incentivar a la población a fin de reorientar sus hábitos de consumo con alimentos de calidad nutritiva. Finalmente, poner en práctica la “Ley de alimentación saludable” que hasta ahora termina siendo un verdadero saludo a la bandera.
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¿Habrá segunda parte de su recetario?
Tengo casi concluido el II tomo, en base a recetas con tubérculos andinos, cereales andinizados, pescados de agua dulce, carne de conejo, cuy y alpaca. Al igual que en el primer tomo, enseño nuevas maneras de preparar cada producto, por ello ofrezco una aventura culinaria y vuelco mi experiencia y dedicación de muchos años, porque considero que mi tarea no terminará nunca hasta lograr el mejoramiento de la calidad de vida a través de una adecuada y verdadera alimentación.