Tantas veces comentada y sufrida, la argolla atraviesa la sociedad peruana: en la política, el fútbol, la cultura, el sector estatal, la empresa privada.
Este año nos quejamos de jugadores con “vara”, funcionarios apadrinados y las listas de la delegación para la FIL de Guadalajara.
Por eso, “La argolla peruana” de César R. Nureña aparece de manera pertinente para expandir el conocimiento sobre el término popular que, irónicamente, no ha sido tan estudiado.
El libro presenta los orígenes de la argolla, sus primeros significados como alianzas, matrimonios, la eternidad, el castigo.
Y, por supuesto, habla de sus registros en el Perú, desde la época colonial, con las connotaciones de esclavitud y poder, y su posterior uso en discursos políticos: los aristócratas de “La Argolla” (1838) y la “argolla civilista” (1871).
Esta investigación, con documentación y entrevistas, explora las innumerables implicaciones de la argolla, que no solo alude a un grupo de poder que excluye a los demás. La argolla cambia según las experiencias personas y hasta es vista como algo positivo. Miente quien asegura que nunca en su vida ha sido parte de una argolla.
De la lectura de este trabajo se infiere que la argolla no es inamovible y se puede combatir con una transformación organizacional y política en el Perú: buscar normas impersonales y mecanismos que las cumplan. En un sistema eficiente, los ciudadanos no correrían tras las argollas. ¿O sí?
César R. Nureña
Estudió Antropología en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y es magíster en Sociología por la Universidad Iberoamericana de Ciudad de México.