“El Principito” es un libro con corte filosófico y de lectura “obligada”, con un mensaje que es aplicable a la vida diaria a través de frases y metáforas, teniendo como personaje principal a Saint-Exupéry. Con el paso del tiempo, este libro lleno de ilustraciones y todas esas letras se conjuntaron para crear la obra literaria más traducida del siglo XX, para ser exactos a 257 idiomas.
HISTORIA REAL
El narrador del libro es su yo de adulto y el Principito es él mismo de niño. El escritor, Antoine de Saint-Exupéry no era feliz en Nueva York, y esa misma tristeza lo llevó a redactar muchísimas cartas a sus amigos que se encontraban en ese entonces lejos.
El origen del libro se sitúa en el accidente que sufrió en el desierto de Libia, en diciembre de 1935, y su consiguiente larga errancia por las dunas, con alucinaciones visuales y auditivas provocadas por la sed que le hicieron entablar un diálogo entre sus dos yo: el que cree que no hay esperanza y el que la tiene, el que razona y el que imagina. Según escribió en sus memorias, sólo tenía, para alimentarse -junto a su compañeroAndré Prevot-, uvas, dos naranjas y un poco de vino. La deshidratación les hizo dejar de transpirar al tercer día, aseguraba. Al final, les rescató un beduino a camello.
De hecho, la obra empieza, como es sabido, con un aviador accidentado en el desierto que se encuentra al misterioso principito; un dibujo finalmente no incluido en la novela muestra al martillo del aviador en plena reparación, con una mano del hombre, que se adivina en la posición del dibujante.
Consuelo Suncín, la esposa de Saint-Exupéry, se identifica en una carta de octubre de 1943 con la rosa engreída de cuatro espinas que el Principito cuida en su planeta: “Nunca ha sido fácil, no lo es, mi amor, mi querido niño (...) Ni el mal de nuestras naturalezas ardientes y locas nos ha matado. Entonces, querido, piensa (...) cuántas alegrías habrá para tu rosa, tu rosa orgullosa que te dirá: 'Soy la rosa del rey, soy diferente de todas las rosas, ya que él me cuida, me hace vivir, me respira...'”. Cuando, en el libro, el Principito comprende que el lazo que se ha creado entre la rosa y él es único, dice: “Hay una flor, creo que me ha domesticado”.
MUERTE
Su primera publicación fue en Nueva York, el 6 de abril de 1943, en una doble edición: traducida al inglés y en el original francés. Sin embargo, sus compatriotas en Francia no la pudieron leer hasta que se liberaron de la ocupación nazi y Gallimard la imprimió en París en abril de 1946, dos años después de la muerte del autor al ser derribado su avión en un vuelo de reconocimiento para los aliados cerca de Marsella.
Las cartas de amor también forman parte de este libro. El autor escribió numerosas cartas de amor a la mujer de la que estaba enamorado; las firmaba con la cara del Principito y su bufanda y hacía hablar al personaje en su lugar. Tras ser animado por varios amigos, que veían una historia en aquel personaje que aparecía dibujado no sólo en las cartas sino en las agendas del autor y en cualquier anotación, se puso a escribir en verano de 1942 y, para otoño, había finalizado su primera versión con acuarelas incluidas.