Daniel Lefort: “La libertad une a Mario Vargas Llosa y César Moro”
Daniel Lefort: “La libertad une a Mario Vargas Llosa y César Moro”

La obra de un novelista es producto de múltiples influencias.  nunca habría sido el autor que es sin la cultura francesa. Gustave Flaubert, Jean-Paul Sartre y Albert Camus son algunos de los escritores que dejaron una huella imborrable en su obra, que ya cuenta con solventes traducciones a diversas lenguas, entre ellas el francés. A la tarea de volcar a este idioma los libros de nuestro Nobel se ha sumado desde hace varios años Daniel Lefort, quien junto a Albert Bensoussan ha preparado la traducción de la novela Cinco esquinas y de Conversación en Princeton; además, tienen lista la de La llamada de la tribu.

Usted es un estudioso de la obra de César Moro y de otros autores peruanos. ¿Cómo empezó su relación con nuestra literatura?

Fui agregado cultural de Francia en el Perú durante cuatro años en los 80. Fue en esa época en que me interesé muchísimo en la literatura peruana porque conocí a varios escritores, como Emilio Adolfo Westphalen, Antonio Cisneros y Mario Vargas Llosa. Mi tema de estudio hasta ese momento era el surrealismo. Y aquí había mucha gente interesada en eso.

¿Cómo empezó como traductor?

Mi primera experiencia de traducción fue aquí en el Perú a fines de los 80 e inicios de los 90, traduciendo un trabajo muy interesante de José Carlos Huayhuaca sobre el fotógrafo Martín Chambi. Empecé a traducir a Mario con Albert Bensoussan, que es su traductor desde hace mucho tiempo. Albert quería trabajar conmigo y hace cuatro o cinco años empezamos con Cinco esquinas. Luego seguimos con Conversación en Princeton y ahora tenemos lista La llamada de la tribu, que va a salir dentro de algunos meses en Gallimard.

¿Cómo es traducir a Vargas Losa? 

Mario es un escritor realista, su prosa no ofrece demasiadas dificultades. Está en la gran tradición de la novela realista. Quizás en Cinco esquinas hubo un desafío por las escenas eróticas, porque Mario nunca llega a ser vulgar, por eso había que ser muy cuidadosos. Fue un trabajo muy divertido intercambiar ideas con Albert. Mi esposa escuchaba nuestras conversaciones telefónicas sobre esas dudas en la traducción de las escenas eróticas, porque él trabajaba en una ciudad y yo en otra. Ella se sorprendía y quería saber de qué estábamos hablando... Albert y yo disfrutamos mucho haciendo esa traducción.

¿Hay intercambio de ideas con Vargas Llosa sobre las traducciones? 

Tenemos total libertad para la labor de traducción. Si se le pregunta algo, él contesta; si no, se hace el trabajo sin ningún problema. En realidad, estoy empapado de la realidad peruana porque, como dije, viví en el Perú varios años.

Vargas Llosa tuvo como profesor de francés a César Moro en el Colegio Militar Leoncio Prado. Usted, como experto en Moro, ¿podría hacer un paralelo de ambas trayectorias literarias? 

César Moro es una figura muy especial, una figura que no se volverá a repetir. Son dos personalidades muy distintas. César Moro tenía como proyecto construirse como hombre y como artista, mientras que Mario quería hacerse escritor. Tienen actitudes muy diferentes ante la literatura y la vida. Podría decir que la diferencia entre Moro y Vargas Llosa es la diferencia entre la poesía y la prosa. César Moro fue una figura del surrealismo, escribió en francés, tradujo a los surrealistas franceses. Vargas Llosa tuvo un compromiso político, participa en política, incluso llega a ser candidato a la Presidencia de la República. En otro sentido, también es un caso raro en el mundo. Solo un escritor llegó a ser candidato a la Presidencia y ganó: Vaclav Havel en la República Checa. Moro y Vargas Llosa, sin embargo, pese a tener fuertes convicciones que los unían a ciertas ideas, como el surrealismo y el liberalismo, supieron a su modo mantener su independencia. Lo que los une es la libertad.

¿Cuál es su próximo proyecto con Vargas Llosa?

Preparamos un libro que se llamará El barco de los niños, que es un cuento muy especial, dirigido a un público infantil. Es una historia relacionada con las Cruzadas del siglo XIII, que retoma ciertos temas de Mario, como la relación entre la realidad y la ficción, y también su interés por el teatro. Mario es un hombre de teatro, quizá más que un novelista.