Darío Sztajnszrajber: “La filosofía no resuelve problemas, los crea”

Impulsado por la filosofía de la deconstrucción, que tiene como propósito fundamental disolver los binarios, el docente y filósofo divulgador Darío Sztajnszrajber ha publicado su quinto libro, Filosofía en 11 frases, una obra que invita a repensar conceptos socialmente establecidos mediante citas de grandes pensadores, desde la época antigua hasta la actualidad.

Has escrito cinco libros de filosofía, ¿cómo logras abordar la complejidad de esta ciencia en un texto?

Los libros son la expresión de una labor que vengo haciendo desde la divulgación, la cual empecé a trabajar en las aulas. Como docente, siempre tuve la premisa de que si en una clase había un alumno que no entendía algo, esta no servía. Siempre tenía que estar muy predispuesto, que todo el aula se sintiera interpelada por lo que estaba sucediendo, y no hacer de la clase algo burocrático y repetitivo. Por eso, los libros, los programas de televisión y los distintos formatos con los que trabajo la filosofía desde la divulgación son una continuidad de ese propósito, el cual empieza en la docencia.

En ese sentido, ¿se puede entender la filosofía como una herramienta social?

Básicamente, la filosofía plantea un ejercicio de cuestionamiento permanente al sentido común. Entendemos que se vuelve una herramienta o instrumento para resquebrajar el lugar donde el poder logra más resultados, que es en la construcción de una idea, que de algún modo nos incluye para que las repitamos como si fuesen ideas propias.

Un proceso un tanto complejo para el ser humano...

Por eso Nietzsche dice que no se puede hacer filosofía, sino a martillazos, porque el sentido común se nos vuelve algo muy macizo. Entendemos que el vivir no tiene ningún tipo de alternativa posible y lo incorporamos como parte de nuestro diario. La filosofía nos dice que todo puede ser de otra manera.

La filosofía no ofrece una respuesta definitiva, esta da un abanico de posibilidades. ¿Cómo puede aportar, entonces, en un debate político-social?

Para establecer leyes en una sociedad no se necesita tener un consenso ni verdades definitivas. Las leyes, por suerte, van mutando. En Argentina se cumplen 10 años de la proclamación de la Ley de Matrimonio Igualitario. Entonces, se entiende que la ley no necesita verdades absolutas. Es al revés. Lo que propone la filosofía es la capacidad de empezar a perderle el respeto a esa idea de que hay una propuesta última o verdades definitivas.

Volviendo a tu obra, ¿por qué resumir la filosofía en un listado de 11 frases?

Responsabilidad única de mi editor, quien me dijo que el libro no podía tener una extensión mayor. Partí de 73 frases, así que tenemos varios volúmenes para poder editar en algún momento (risas). De todas formas, es un libro adecuado para empezar a leer filosofía; además, se trata de 11 frases que toca temas diversos: el amor, la religión, el poder, el lenguaje, la amistad, que va descubriéndose como un abanico histórico.

¿Se le puede recriminar a la filosofía una carencia de productividad?

La filosofía es improductiva y hay que entender por qué molesta. Surge la pregunta ¿por qué darle espacio y tiempo en una institución educativa a algo improductivo? Tal vez porque nos reconciliaría con lo improductivo de nuestra existencia, y lo que hace la filosofía es evidenciar cómo el sistema en que vivimos niega también esa esfera de la improductividad que nos conecta con otro sentido de la existencia y nos aleja de esa especie de ideal gerontocrático que vivimos.

¿Cuál es el objetivo final, entonces?

La filosofía no resuelve problemas, los crea, te llama a angustiarte existencialmente para que puedas, de algún modo, correrte de los lugares donde te han sumido en una especie de necesidad farmacológica de una felicidad eterna. Te das cuenta de que esa felicidad tiene más que ver con una publicidad de dentífrico, en la que uno está siempre haciendo gestos de “qué bien que la paso”. Y no puede, de algún modo, restaurar algo de nuestro propio abismo originario, que es que son todas esa preguntas que nos constituyen. Frente a una sociedad que nos vende un sentido manufacturado, ser pesimista es un acto revolucionario.

Perfil

Darío Sztajnszrajber, docente, filósofo y ensayista

En 2011 condujo el programa Mentira la verdad. En 2012 presentó Desencaja-dos, una obra teatral que une la música de rock argentino con la filosofía.