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Desiré Mandrile es atrevida, no le teme a los retos, por eso, a sus 10 años de carrera musical, sigue sorprendiendo. A unas semanas para su próximo concierto, la intérprete, compositora y productora nos habla de su amor por la música y de cómo ha logrado recrear algunos temas clásicos de la canción criolla a su estilo.

¿La idea de tomar valses y fusionarlos con el jazz, el soul y el rock cómo salió?

Yo no soy cantante de música criolla, siempre he tenido respeto por los grandes intérpretes y compositores. Pero un día dije: “Voy a agarrar uno y otro tema de (José) Escajadillo, sus canciones me encantan, se acomodan mucho a mi voz y quería llevarlas a mi estilo. Me alucinaba con todos los vientos, las llevadas de bajo y todo. Hice el experimento con Que somos amantes. Al mismo Escajadillo le gustó y me felicitó. Después continué con Jamás impedirás y Cuando llegue la hora.

He escuchado una versión tuya de Regresa, de Augusto Polo Campos...

Ese tema y El Surco quedaron fuera del último disco por falta de presupuesto, pero lo incluiré en el próximo. Chabuca (Granda) me encanta, realmente es una mujer que rompió esquemas en la lírica y en los arreglos musicales. A mí me suena a puro jazz.

Corres el riesgo de que la gente quiera seguir escuchando estas locuras musicales en tus discos y no tus composiciones...

Y lo voy a seguir haciendo. Voy a incluir mis temas con los que no son míos y me agradan. También preparo La gata bajo la lluvia, que a la gente le gusta mucho cuando la canto en vivo.

¿Siempre has pensado que la música es tu vida?

Sabía que era lo único que quería hacer, pero también que probablemente eso no podía pasar. A veces la sociedad te empuja a hacer otras cosas para ganarte la vida. Primero lo vi como un hobbie, luego me llamaron de un casino y me emocioné. Después me empezaron a llamar de otros. Empecé de la nada, formé una empresa y empecé a crecer.

¿Qué música escuchabas en tu casa?

Como mi papá nos dejó, mi mamá se la pasaba todo el día trabajando y yo me pegaba a una radio que pasaba música del mundo, eso me gustaba. Cuando viajamos a Canadá en busca de un futuro mejor, empiezo a escuchar mucho soul, jazz, blues. De adolescente escuchaba hasta punk. Escucho de todo. No discrimino ningún tipo de música.

Eres una artista independiente, haces lo que parece. ¿Te han llegado ofertas de productores que han querido cambiarte el estilo?

Lo han intentado varias veces. Cuando ya era algo conocida se me acercaban productores para trabajar conmigo y me decían “tienes que hacer esto, lo otro, debes mostrar más piel”. Otros me aconsejaban que cambie de músicos porque eran con los que trabajaban o venían de una universidad donde enseñaban.

Y estuviste a punto de sucumbir...

Percibí que se mezclaban muchos intereses y, para mí, la carrera musical no funciona así. Si tú me das una canción con un arreglo plástico, no la voy a cantar y menos grabar. Yo tengo mis principios bien claros, tengo bien firme mi reputación musical y por eso es que tengo tanto trabajo. La gente sabe lo que quiere escuchar conmigo.

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