Domitila Reyes: "No espero que me paguen por ayudar, me nace hacerlo"
Domitila Reyes: "No espero que me paguen por ayudar, me nace hacerlo"

Domitila nació en Huanta, una de las once provincias que conforman el departamento de Ayacucho. Al igual que muchas mujeres de su época, ella creció ayudando a mamá en los quehaceres de la casa. Aprendió los secretos de la cocina de la mano de su abuela y ahora comparte toda esa sabiduría culinaria con las mamás del Programa Nacional de Alimentación Escolar Qali Warma. Aunque nunca pudo ir a la universidad, su sed de aprendizaje le ha permitido convertirse en empresaria y líder de su región.

¿Cómo llegas al programa Qali Warma?

Yo me dedicaba a vender comida, tengo mi propia empresa, pequeñita; aparte, hago mis artesanías, bordados. A través de mi página web los de Qali Warma me contactaron, me escribieron a mi correo. Los apoyo capacitando y compartiendo mis recetas. Trabajo con ellos desde que comenzó el proyecto.

¿Cómo los apoyas?

Capacito a las mamás para que den un buen servicio a los niños, para que cocinen bien, para que la comida tengan buena sazón. He capacitado a los 33 colegios de la comunidad de Huanta que están en la parte alta de la Sierra.

¿Dónde son las capacitaciones?

En los colegios. Llevo mi plumón, mis papelotes para hacer demostraciones. Tengo que explicarles con ejemplos, con dinámicas. La mayoría de personas en la parte alta de Huanta habla quechua y debo explicarse en su lengua; tanto a los niños como a los padres. A los niños se les capacita en lavado de manos.

¿Debe ser satisfactorio escuchar que te dicen qué rico has cocinado?

Sí. Hay niños que vienen de lejos y van a estudiar solo porque Qali Warma les va a dar el desayuno. Siempre les recalco a las mamás que brindan el servicio que no hagan diferencias entre los niños, no marginarlos, atenderlos bien.

¿Tienes hijos?

Tengo dos hijas, grandes. Una estudia Economía en la Universidad San Cristóbal de Huamanga y la pequeña es la que me sigue a mí, quiere ser chef. Tiene 16 años. Ella ya está cocinando y me supera. Ahora yo me dedico a otros trabajos.

¿Tienes una empresa?

Sí, tengo un restaurante que se llama "El Tambo de Domi". Gracias a Qali Warma que me despertó más el interés de organizarme, creé mi propio negocio. Está en Huanta.

Sé que tienes un negocio de bordados que ayuda a mujeres. Cuéntame sobre eso...

Formé la asociación "Allin Maqui Huntapi" que significa "buenas manos", ayudo a mujeres necesitadas a tener un ingreso propio por su trabajo manual. Tengo más de 30 años en ese negocio. Las mujeres se acercan a pedirme trabajo y yo las contrato y les enseño a bordar, las capacito. Son mujeres muy humildes, golpeadas. Yo he trabajado con programas de lucha contra la violencia familiar y sexual; también con la Cooperación Técnica Belga, ellos me asesoraban, me daban pasantías y asistencia técnica.

¿Estudiantes algo?

No. Si hubiera estudiado qué estaría haciendo ahora. Pude terminé mi secundaria gracias al bordado. Me hubiera gustado estudiar ingeniería agrícola.

¿Qué te animó a brindar estas capacitaciones?

Siento que es mi deber. Me siento responsable por haber empezado y apoyado el programa desde el inicio. No espero que me paguen por lo que estoy apoyando, a mí me nace hacerlo.