Este 2024 se han publicado varios libros de poesía que han enriquecido el trabajo estético en La Libertad. Así, por ejemplo, ALASTOR EDITORES publicó los poemarios “Registros atávicos”, de Diandra García, y “Cada nueve meses se gesta la muerte de un alma platónica”, de Carolina Salazar Merino. Ambas propuestas, además de evidenciar el ejercicio poético de dos jóvenes escritoras, ofrecen un panorama más amplio de cómo las subjetividades dialogan con el pasado y la tradición. Por su parte, InfoLECTURA incorporó en su catálogo las voces poéticas de dos reconocidos escritores: Alberto Alarcón, con “Zoonetos”, y César Olivares, con “Aves en el pentagrama”. Ambos textos, además de su gran valor poético, ratifican a sus creadores como dos de las voces líricas más consolidadas en nuestra región. Este año el Festival de poetas inéditas de La Libertad designó como ganadora a Valeria Luján Caballero. Con su poemario “No será todo humo”, Valeria Luján presenta una lírica melancólica que confronta los anhelos del pasado con los deseos insatisfechos del presente. Finalmente, destacan los libros “Poemas”, de Parix Cruzado, y “Canto a la raza”, de Miguel Arbildo. Ambos autores definitivamente logran fortalecer el trabajo poético que vienen realizando en los últimos años.
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En este 2024 la Editorial DENDRO también se hizo presente en la publicación poética de autores de La Libertad; ya en el 2023 había publicado “Parábola de la canción popular”, de Ray Paz Quesquén, y este 2024 acaba de presentar HASTA VER APAGARSE TUS CENIZAS EN UN CEMENTERIO DE ELEFANTES, de Eduardo Saldaña, quien es, según César Olivares, una de las voces más sólidas de la poesía trujillana actual. Desde mi perspectiva, considero que Eduardo Saldaña logra, con este segundo poemario, consolidarse como una de las voces más significativas de la poética actual; si ya con La comedia inútil (Paloma Ajena, 2020) muestra la inteligencia lingüística que caracteriza a la poesía que ha encontrado en el lenguaje una de sus mayores aspiraciones y que busca consolidarse como proyecto estético, ahora Saldaña —con este segundo trabajo— ha comenzado a construir su propio y sólido proyecto poético en el que cada uno de los versos resignifica una de las máximas del quehacer lírico: “lograr, con unas cuantas palabras, el mayor de los ecos posibles”.
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La poética de Eduardo Saldaña
La poesía de Eduardo Saldaña se alimenta de la “inagotable sustancia del pasado”; la sutileza de sus versos convierte las cotidianas historias familiares en frecuentes promesas que vencen el olvido; “Al joven hermoso, solitario y ágil que alguna vez fue / quisiera haberle dicho que no se dejara convencer / por aquel instinto caníbal del desagravio”. HASTA VER APAGARSE TUS CENIZAS EN UN CEMENTERIO DE ELEFANTES es un libro profundamente conmovedor que ratifica a su autor como una de las voces más significativas de la poética de La Libertad en la actualidad. Ya desde el título se percibe una alegoría al amor complejo y contradictorio que se gesta cuando nos relacionamos con la figura paterna; “hasta ver apagarse tus cenizas” es un circunstancial de tiempo que indica que algo va a seguir pasando hasta que las cenizas de ese ser querido reposen en un cementerio de elefantes. Para mí, ese “algo” es el amor, el cariño, el miedo, el rencor y la comprensión que los hijos terminamos sintiendo por esa figura tan querida e incierta como es el padre. El título es la eterna promesa de amar a alguien con todos sus aciertos e imperfecciones hasta que las cenizas reposen; el cementerio de elefantes es el lugar sagrado en el que los restos del ser querido siempre serán recordados.
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El testimonio del amor filial
HASTA VER APAGARSE TUS CENIZAS EN UN CEMENTERIO DE ELEFANTES es un poemario que presenta cuatro partes bien definidas: En primera persona, En segunda persona, En tercera persona y En cuarta persona. En la primera parte destacan los poemas Monólogo insuficiente de Abraham y Proverbios personales; en la segunda parte resaltan los textos Alabanzas y confesiones, y Voz baja. En la tercera parte sobresalen los poemas La idónea y Fotografía del año 1979. Finalmente, en la cuarta sección son significativos los poemas Los buenos modales y Pronto se acabará todo esto. Eduardo Saldaña no necesita de “la ampulosidad retórica” para golpear y abrazar al lector; su estilo conciso y diáfano nos permite reflexionar sobre cómo la relación con el padre es un camino de constantes descubrimientos: “En casi todos mis alumnos más huraños / he creído verte a ti / los que rayan siluetas obscenas sobre la carpeta / culpando a otro compañero / los que también son criados por sus abuelos y odian / verlos mendigar”. Eduardo Saldaña consolida una propuesta estética que hace de la poesía una gesta heroica de lo familiar; el padre es el héroe imperfecto que reconoce, en el silencio, su mejor testimonio.