Como cada año, miles de peregrinos llegan hasta Ayabaca desde diferentes regiones del Perú y de países vecinos movidos por la fe y el amor al Señor Cautivo, para estar ante su presencia y mostrar su agradecimiento por un favor recibido o pedido, llenando las calles de esta provincia de un fervor que nos inspira y renueva la fe religiosa.

Los ayabaquinos ya viven la festividad, del que consideran “Obra de Ángeles”, con la gran feria internacional que acompañará a los visitantes de esta provincia, donde los mercaderes ofrecerán lo mejor de sus productos y donde no podría faltara el bocadillo de Socchabamba, convertido en el dulce más popular.

Llevando consigo fe, oraciones y esperanza en sus corazones, empezaron a llegar las primeras Hermandades a Ayabaca, tras recorrer largos trayectos, demostrando su inquebrantable devoción a la sagrada imagen, que representa protección para sus fieles, siendo la primera la de la tierra de Huancabamba.

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ESPÍRITU DE FE

“Un saludo a los hermanos peregrinos, a los visitantes y turistas, esta tierra de fe y devoción, les abre las puertas para juntos vivir con inmensa alegría y profundo espíritu de fe, y para gozar hasta el día 14 de la Feria Internacional en honor a nuestro amado Señor Cautivo”, señaló el alcalde Darwin Quinde Rivera

Por su parte el párroco de Ayabaca, Santos Condeso Campos, extrema su saludo fraterno, “un saludo a todos aquellos que, desde distintos rincones del Perú y del mundo, se unen con devoción y esperanza a honor a nuestro santo patrono, como símbolo de confraternidad y unión, creando un espacio donde la fe nos reúne y fortalece, bajo la guía y protección de nuestro Señor Cautivo”.

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ACTIVIDADES

La comuna ayabaquina invita a participar en todas las actividades que han preparado por tradición con actos religiosos, culturales y manifestaciones artísticas que muestran la riqueza de nuestra identidad.

El programa municipal incluye noche artística y presentación de la orquesta “Melao’s”, de Ecuador, visitas guiadas gratuitas al mirador La Cruz, mirador El Coco y otros atractivos turísticos y feria gastronómica, artesanal y turística en la Plaza de La Paz.

Ayer hubo exposición fotografía “Señor Cautivo, rostros de fe y paisaje ayabaquinos” y expresiones artísticas culturales, mañana retreta con banda de músicos, noche cultural con artistas locales e invitados especiales.

Culminada la novena, el sábado 12, luego de la Santa Eucaristía en honor a Nuestra Señora del Pilar, ésta saldrá en procesión, acompañada del Señor Cautivo. Por la noche habrá retreta con banda de músicos y la serenata central en homenaje al Señor Cautivo con la presentación de los “Hermanos Chamba”, mariachis, quema de castillo y la presentación de Aldair Armas y Orquesta.

El día central (domingo 13), izamiento del Pabellón Nacional y bandera de la provincia, Eucaristía en honor al Señor Cautivo y procesión de la imagen, la misma que al día siguiente saldrá en su segundo recorrido procesional.

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HISTORIA

Ayabaca, ubicada a 2,815 m.s.n.m., revive la historia contada. El año 1751, el sacerdote español, García Guerrero quiso dar a su pueblo una imagen del Señor; utilizando un tronco de cedro, encontrado en el cerro Sahumerio de Jililí, del que había brotado sangre luego que un labrador le diera un hachazo.

Tres hombres que trotaban sobre 3 briosos caballos albinos, vestidos con impecables ponchos blancos llegaron al pueblo de Ayabaca y dijeron que eran artistas talladores. Se comprometieron a esculpir la imagen a condición que todos guadara absoluta reserva y no ser interrumpirlos durante sus labores y los alimentos les serían servidos solamente al amanecer.

Pasó un tiempo y la curiosidad de los ayabaquinos pudo más que su paciencia y querían ver los avances del trabajo. Al acercarse a la casa, llamaron insistentemente y, al no obtener respuesta, forzaron la puerta, comprobando que adentro no había nadie y la comida estaba intacta.

Pero cual no sería su sorpresa al ver la escultura de un Nazareno, que se levantaba imponente y majestuosa con las manos cruzadas. Sólo entonces se dieron cuenta de que los autores eran ángeles vestidos de chalanes que al concluir la escultura alzaron vuelo, por ello lo consideraron como “obra de ángeles”.