Una entrevista de Frank lópez guerrero
El actor Gonzalo Molina se siente una persona doblemente privilegiada, pues pertenece a ese grupo reducido de peruanos que pudo cumplir la cuarentena en forma estricta, y ahora, cuando su gremio todavía sufre las consecuencias de la abrupta paralización, puede trabajar interpretando al profesor Pablo, en la novela “La otra orilla”.
Grabar en estas circunstancias es totalmente nuevo para todos los actores…
Si no tuviera la confianza que tengo en el equipo de ‘Del barrio...’, difícilmente hubiera aceptado. La tranquilidad que me dan y la manera en que se trabaja es impecable y con mucho profesionalismo. Uno se siente más cuidado que en su propia casa.
¿Cómo fue el primer encuentro con tus compañeros?
Conmovedor, porque estaban todos disfrazados con estas batas negras, con mascarillas, nadie sabía quién era quién, todos a distancia. Bastó la primera risa para saber que estamos vivos pese a la adversidad, y eso es un privilegio: estar con gente amiga.
Eres de los pocos actores privilegiados que tiene trabajo presencial...
Hay muchísimas emociones que están recorriendo cuerpo, cabeza y corazón cada vez que vamos a grabar. Es muy difícil no estar conectado con lo que estamos viviendo, lo que está pasando no es a 10 mil kilómetros, es acá no más, es una circunstancia muy intensa.
En la novela das vida a un profesor y casualmente también te dedicas a la docencia...
Siempre trato que quien esté puesto en el escenario o en la pantalla sea yo mismo, creo que es la mejor manera en como un actor o una actriz puede ayudar a contar mejor una historia, poniéndose al servicio del personaje.
Coincidentemente, tu novia también es docente...
Yo he visto todo el proceso que ella ha vivido y sufrido, es algo que quien no es maestro o no vive a lado de uno difícilmente lo entiende. He compartido también la dureza con la que han tratado a los maestros en las redes, por los métodos que han tenido que inventarse.
No todos comprendieron que todo cambió de golpe y salieron la críticas.
Pero injustas. Dentro de mí decía: ‘qué bravo para ella’. Estamos hablando de un maestro que tiene internet y computadora en casa, pero las circunstancias y las facilidades no son iguales para todos, lo mismo del lado de los alumnos.
¿Eso también te ayudó a construir el personaje?
Yo creo que las cosas no pasan por casualidad y que me regalen la oportunidad de ser un profesor en la pantalla es una hermosa manera, no sé si de rendir un homenaje, pero sí de poner en valor todo el trabajo que hace un profesor para seguir conectado a sus alumnos.
¿Eres de los pocos peruanos privilegiados que pudo cumplir la cuarenta de una manera estricta?
Las primeras dos semanas para mí fueron de parálisis, de no entender bien qué cosa estaba pasando, pero conforme fueron pasando los días me empecé a dar cuenta de qué estaba sucediendo.
Perfil
Gonzalo Enrique Molina Paredes tiene 41 años. Estudió artes escénicas en la PUCP. Ha participado en más de treinta obras teatrales, cerca de 20 apariciones en televisión peruana y también en la pantalla grande.