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Lucho Barrios, creó un estilo propio y muy particular para interpretar sus bellas y muy significativas canciones románticas. Foto GEC Archivo
Lucho Barrios no necesitaba de gestos histriónicos o de un escenario con efectos especiales para conmover, simplemente, irradiaba simpatía; era uno de los nuestros. De estatura como el promedio de los peruanos, cuello corto y mirada serena, algo infantil. Propietario de un patrimonio de 150 álbumes y más de mil canciones grabadas, y además considerado una importante referencia del bolero en América Latina.
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Cualquiera no saborea un bolero, más aún cantado por Lucho Barrios, hay que tener barrio, escucharlo entre copa y copa para sentir que a uno le remueven el alma. Foto GEC Archivo Histórico
Nació en el Puerto de El Callao, un 22 de abril de 1935, viviendo allí hasta los 9 años aproximadamente. Lucho Barrios quería ser cantante lírico y alcanzar un reconocimiento similar al de su ídolo, el tenor Luis Alva. Después de trabajar como repartidor de telegramas, a los diecisiete años empezó a estudiar en la Escuela Nacional de Ópera, pero su inconsistencia económica le impidió continuar esa formación.
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Marabú es un ave parecida a la cigüeña, pero para el intérprete tiene un significado cabalístico porque lo consagró como bolerista. Lo curioso es que en toda la canción no se pronuncia esa palabra. Foto GEC Archivo Histórico
Mister Marabú en Perú (apodo que alude a uno de sus temas más populares), Amo del bolero en Ecuador, Lucho Barrios es conocido en Chile como el Rey de los cebolleros, porque sus temas hacen llorar, se inició como solista en 1956, participó en el concurso La Escalera del Triunfo, donde logró el tercer lugar entre más de mil 200 participantes. Ese año grabó su primer disco, el vals “Trokimoki”.
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El único originario de la tierra incaica que ofreció un recital en el Teatro Olimpia de París, escenario que solo albergaba a los grandes cantores como Placido Domingo, Luciano Pavaroti y Frank Sinatra. Foto GEC Archivo
Después grabo discos sencillos con el sello disquero Smith. Edith Barr, seria quien lo llevo a dar el gran salto, pues lo llevo a la Radio Callao donde en los programas de audición conoció a Julio Jaramillo, quien quedó maravillado con el por su calidad vocal, y lo invito a cantar en el Ecuador. Después de mucho esfuerzo logro grabar sus primeros discos. Uno de sus primeros éxitos fue el vals Juanita.
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Lucho Barrios al lado de su ‘compadre’ Pedrito Otiniano. Foto GEC Archivo
Ya con una amplia fama en Ecuador, en 1960 decide regresar al Perú donde continuó interpretando boleros exitosos que lo llevaron al estrellato total en toda América, En 1961 regresó a Chile, y en Santiago grabó en Long Play creciendo aún más su fama en este mismo país, así como en Argentina, México, e incluso Estados Unidos.
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Lucho Barrios tenía un carisma especial al momento de interpretar sus canciones. Foto GEC Archivo
Fue en Chile precisamente donde se escuchó por primera vez “Marabú”, tema representativo de su repertorio, que grabó en los estudios MAG, de Lima, con los arreglos de “Chalo” Reyes y “Cato” Caballero. El 15 de noviembre de 1988, quizás tuvo una de sus más importantes presentaciones, en el teatro Olimpia de Paris (hoy en día Museo), lugar donde se presentaban grandes cantantes de la época.
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Lucho Barrios disfrutando del contenido del Diario Ojo. Foto GEC Archivo
Entre los cientos de premios que Lucho Barrios recibió, los dos más memorables fueron: El que le entrego la OEA por su trabajo en favor del acercamiento de los pueblos a través del arte del canto y el del 2002, donde recibió la condecoración del presidente de Chile Ricardo Lagos, por ser un artista peruano con mucho arraigo en el pueblo chileno También, recibió un premio especial por grabar "La joya del Pacífico", considerado el himno de Valparaíso. Lamentablemente la muerte lo alcanzó en 5 de mayo de 2010, víctima de una larga enfermedad