Dos economistas israelíes han elaborado un estudio en profundidad sobre la economía del mundo mágico de “Harry Potter”, titulado Economía Potteriana (Potterian Economics) en el que abordan una serie de visiones del mundo que se infieren de los libros de J. K. Rowling. La idea surgió tras descubrirse la influencia positiva que Harry Potter ejerce en la visión que tienen sus lectores sobre las comunidades y minorías estigmatizadas (inmigrantes, homosexuales, otras razas).
LA DICTADURA DEL MINISTERIO DE MAGIA
La máxima institución gubernamental de Harry Potter parece ostentar todos los poderes: el ejecutivo, el legislativo y el judicial, además de contar con la simpatía del principal medio de comunicación. No parece que exista una separación de poderes ni tampoco elecciones democráticas. Los ministros acceden al cargo sin intervención de la población. Como no existe nada parecido a una Constitución, el Gobierno puede modificar o interpretar las leyes a su conveniencia, y lo hace en múltiples ocasiones.
La sociedad mágica sabe muy poco de cómo se toman las decisiones porque falta transparencia debido a la corrupción, que afecta a todos los niveles. Esto se acrecienta por la existencia de un monopolio informativo, señalan los autores: la única fuente periodística importante es El profeta, un diario siempre afín al Gobierno y las clases altas. Las clases medias ganan lo suficiente para vivir cómodamente pero no para ahorrar, por lo que trabajan durante toda su vida. Los ricos llevan una vida de lujo e influencia. Ambos grupos se relacionan lo justo. La economía potteriana no crece, ni tampoco la demanda, observan los economistas. Esto es debido en parte a que la población tampoco parece haber aumentado en los últimos siglos, ya que el tamaño de Hogwarts sigue siendo el mismo que hace mil años.
Los autores finalizan con una reflexión bastante pesimista del final de la saga. La guerra mágica termina cuando la inmensa mayoría de la clase media se alían con los héroes en la lucha pero el resultado no es un nuevo orden social. Los magos de clase alta mantienen su privilegios y no se organiza una democracia.
TAMBIÉN PUEDES LEER:
Libros que fueron adaptados al cine y ganaron el Óscar arrasan en ventas