Los sueños de gloria de Ernesto “Che” Guevara, sus ideales, sus influencias ideológicas, sus atrocidades, sus aspectos íntimos y su muerte son relatados por Hugo Coya en Memorias del futuro (Planeta, 2017).
En este libro, el periodista peruano asevera que el guerrillero argentino, cuyos 50 años de muerte se conmemoran en octubre próximo, había escogido primero al Perú para iniciar la revolución y que este querido y odiado “símbolo de rebeldía” no habría sido lo que ahora es si no hubiera pasado por nuestro país.
“Me he concentrado en aspectos poco conocidos sobre la injerencia del Che en el Perú, en los peruanos que estuvieron con él hasta el final y en los peruanos que fueron influidos por él, como Javier Heraud y Luis de la Puente Uceda”, señala el autor de Estación final (2013).
¿Qué descubrió en sus investigaciones?
Varias cosas. Para mí fue un descubrimiento y un hallazgo conocer la figura del Che y su relevancia en la historia de América Latina. El Che influyó en una generación muy importante de jóvenes, sobre todo peruanos. El Perú fue decisivo para convertir al Che en lo que es ahora, en el latinoamericano más famoso a nivel mundial. Su paso por el Perú no fue solo el de un turista, sino que sus vínculos con los peruanos y su conocimiento de la realidad peruana influyeron decisivamente en su formación ideológica para convertirse luego en el socialista y después en el comunista que fue. Yo sostengo en el libro que el Che no sería el Che sin el Perú.
Sobre todo gracias a Hilda Gadea, quien fue esposa...
No solo Hilda, pero es cierto, ella fue clave, básica, importantísima y crucial, pero también estuvo el doctor Hugo Pesce, el director del leprosario de San Pablo, quien lo introduce en la literatura socialista. El doctor Pesce, dicho sea de paso, trabajó con Max Kuczynski, el padre de nuestro actual Presidente. El Che va a este lugar, se encuentra con el médico y surge una relación, y luego conoce a Hilda. Ella lo conoce en Guatemala y se convierte en su primera esposa. La primera hija del Che es peruana. Y otro hallazgo, que creo que es importante, es que el Che había escogido al Perú inicialmente para hacer su revolución.
¿Qué le sorprendió a usted de los documentos que EE.UU. desclasificó?
Muchísimas cosas. Por ejemplo, que la CIA tenía un conocimiento muy detallado de las acciones del MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria) y del Ejército de Liberación Nacional en 1963 y 1965. En la máxima dirigencia del MIR había un informante que servía de “garganta profunda”. EE.UU. también tenía información de la ofensiva guerrillera en Bolivia. La otra cosa importante es que el MIR habría recibido algún tipo de financiamiento foráneo. Se habla de tres millones de dólares de la época provenientes del gobierno chino. Esas son algunas revelaciones que, a mi punto de vista, pueden ayudar a revisar, reescribir o reconsiderar la historia del país con relación a estos episodios. Además, me ha ayudado a escribir esas páginas en blanco que eran las biografías de estos peruanos que estuvieron con el Che en Bolivia y que murieron con él allí.
¿Qué papel jugó EE.UU. en la muerte del Che?
El Che fue declarado enemigo acérrimo de EE.UU. y eso hace que su imagen crezca a nivel mundial. Todos los grupos rebeldes, izquierdistas, incluso librepensadores, tomaban al Che como un símbolo de rebeldía. Pero, además, se convirtió en un blanco. El Che utilizaba una serie de disfraces porque siempre estaba en constante situación de amenaza de que lo capturaran, que lo mataran. Incluso, había premios por matarlo. Era una especie de camaleón. EE.UU. quería evitar el triunfo de la causa que abrazaba el Che, quería acabar con él. Pero cuando es capturado, EE.UU. buscar evitar que los bolivianos lo maten para poder exhibirlo como un trofeo de guerra, querían verlo derrotado, humillado.
¿Cuál era el lado oscuro del Che y qué rescata de él?
El Che era una persona con múltiples facetas. Por un lado, fue un hombre que, una vez que abrazó la causa comunista, luchó hasta el final por ella, porque consideraba que era lo correcto, luchaba por la justicia social, la defensa de los pobres, su oposición a las tiranías, etc. Por otro lado, también tuvo graves errores. La lectura equivocada de EE.UU. conduce a que la revolución cubana se aísle y luego se convierta en un satélite de los rusos, de los soviéticos. Hicieron cosas que son difíciles de perdonar, como la creación de los campos de reclusión, la represión contra todo tipo de disidentes en estos sitios que eran verdaderos campos de concentración, se llevaba allí a cualquiera que criticara o cuestionara, se acabó con la libertad de expresión, se persiguió a opositores, se asesinó, se fusiló, consolidando así una dictadura, quizá la dictadura más larga, y él puso las bases para eso. El Che era una persona implacable con sus opositores, no permitía la crítica. La mínima crítica era reprimida y él era parte de los que crearon esto. Hay gente que lo considera un héroe y otros, un diablo. Sin embargo, el Che, nos guste o no, es un símbolo de América Latina.
CIFRAS
28 de julio presentará su libro en la FIL (20.00 horas) con Renato Cisneros.
9 de octubre de 1967, fecha en que fue asesinado Ernesto “Che” Guevara en Bolivia.
39 años tenía el guerrillero argentino cuando fue fusilado en una celda.
PERFIL
Hugo Coya
Periodista
Trabajó en CNN en Español, fue productor y director periodístico en América TV, Latina y Red Global. Hoy dirige IRPT. Ha publicado Estación final, Polvo en el viento, Los secretos de Elvira y Genaro.
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