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El 24 de junio de 2021, el ala este de la torre Champlain Sur, un edificio de 13 pisos en la avenida Collins en Miami Beach, se desplomó en segundos sepultando a 98 personas.
La noticia sacudió a los Estados Unidos y el periodista Juan Manuel Robles, que ya vivía en Nueva York, vio la noticia y pensó que allí había varias historias que contar. Así nació su libro “Tragedia en Collins Avenue” (Planeta 2024) y del que hablamos en esta entrevista.
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¿Por qué decidiste trabajar con esta historia?
Cuando vi la noticia, me pareció una situación insólita y ya se había publicado algunas de las historias de los damnificados y me llamó la atención que habían varios latinoamericanos. Primero pensé en hacer un reportaje y luego la editorial me propuso hacer un libro.
¿Fue difícil llegar a los sobrevivientes?
Siempre es difícil, el trabajo periodístico cuando tiene que ver con catástrofes es siempre difícil. Cuando empecé a trabajar aún estaban viviendo el duelo y había que evitar ser carroñero, del periodista de policiales. Yo pensaba en las vidas que estaban detrás, qué fue, de dónde vienen, qué hacían allí. Lo maravilloso del periodismo es que no sabes con qué te vas a encontrar. Fue así que me acerqué a los deudos y algunos hablaron y decidieron contar.
Una de las historias más conmovedoras es la de Lorenzo, el niño admirador de Michael Jackson, cuya madre fue brasileña.
Sí, y esa historia me tocó profundamente porque en esos momentos me tocó ser padre, entonces la fragilidad de la vida es sorprendente. No hay forma de evadir los detalles que forman parte de ese proceso. La historia de Lorenzo tiene un elemento que la hace conmovedora y es la amiguita que vivía al lado de su departamento, Stella y que pierde la vida, es con quien cada día jugaban, ella era hija de un bombero que trata de rescatarla y no lo logra. Yo pude hablar con la mamá de Lorenzo que sobrevivió y su testimonio fue desgarrador, fue ella quien me contó que Lorenzo y Stella eran muy amigos, y pasaban mucho tiempo juntos.
Quizá lo más difícil de esta historia es encontrar los restos de las víctimas en medio de los escombros, pero mucho más difícil es encontrar solo pedazos de ellos, ¿Cómo comprender esto?
Sí, yo creo que las catástrofes como estas nos acercan a una realidad que nunca terminamos de comprender. Hechos como este nos muestra que nadie está preparados para esto, que no aceptan que no se encuentren los cuerpos completos. Incluso, en este edificio había muchos judíos, cuya religión es sumamente cuidadosa con los cuerpos y no podían hacer una ceremonia fúnebre en términos estrictos si no estaba el cuerpo completo. Cuando hablé con un especialista, me dijo que era prácticamente imposible rescatar los cuerpos completos bajo el concreto y claro, eso es difícil de comprender. En este trabajo he tenido momentos difíciles de procesar, pero también he tenido momentos de satisfacción por el trabajo realizado.
Háblame de las coincidencias que encontraste en los personajes que vivieron en el edificio.
Yo menciono a familiares de siete expresidentes latinoamericanos que vivieron allí y creo que eso es algo tiene que ver con el momento histórico que se vivió y en el que muchos latinos con recursos se van a vivir a Miami. Yo siempre digo que las coincidencias se dan en las historias y los periodistas tenemos la suerte de encontrarlas. Hay en el libro varias de ellas.
¿Cuánto tiempo te tomó reunir todo el material para empezar a escribir y por qué decidiste plantear el libro como historias separadas y no como una gran crónica?
Me habrá tomado dos años y medio, aproximadamente; pero debo decir que esta experiencia ha sido especialmente distinta por el uso de las redes sociales que nos dan momentos que nos permiten ver lo que pasó momentos previos al desastre; como esa persona que puso un post en sus redes desde el edificio dos horas antes que se desplome y eso nos da un testimonio real delo que pasó; son las nuevas fuentes con las que podemos trabajar los periodistas. Las redes sociales te permiten eso y hay mucha información sobre las víctimas en ellas; una de ellas, por ejemplo, hizo imágenes del edificio con un dron y esas imágenes son testimoniales, porque nos permite ver cómo era el edificio. Es mucha información y por eso decidí trabajar el libro contando historias de las personas que pude reportar, con quienes hablé y pude recoger información de los familiares y testigos.