Mauri Apaza, diseñador, ilustrador y autor de libros para niños, conocido en el ambiente editorial como “Motoneta”, nos cuenta cómo llegó a encontrar ese sobrenombre que hoy lo caracteriza y lo motiva en su gratificante oficio.
“Motoneta sale de una búsqueda que hice yo hace muchos años, porque desde niño quería ilustrar y crear libros con un seudónimo, no con mi nombre. Cuando ingreso a mi vida adulta encuentro justo en una enciclopedia el nombre Motoneta, que tiene una fonética súper linda, un sonido muy atractivo, entonces decidí tomar prestado ese nombre para mí, y de alguna forma también se identificaba conmigo. Siempre paro en movimiento, o moviéndome por todos lados”, nos dice el autor de “Tan pequeño, tan grande” y en coautoría con Luigi Valdizán, “Diente de León”, ambos de Polifonía Editora.
¿La ilustración te acompaña desde pequeño? Sí, la ilustración viene desde niño porque mis padres me incentivaron mucho a la pintura, al arte, la lectura y también me inscribían mucho en talleres de dibujo y pintura en las vacaciones útiles. Es más, en un momento de mi niñez yo pinté las paredes de mi cuarto, y mis papás no me regañaron, más bien me dieron total libertad. Les agradezco mucho por darme esa libertad de poder ser creativo.
¿Y es ahí cuando decides estudiarlo luego profesionalmente?
Yo primero estudié Derecho un año, mi papá era abogado, y lo hice un poco por darle el gusto, pero luego me di cuenta que no me gustaba y estudié Diseño Gráfico como carrera principal. Poco a poco la vida me fue llevando al mundo de la ilustración.
Donde te mueves como pez en el agua.
Sí, totalmente, me ayudó muchísimo, porque ayudó a definir un estilo propio, me ayudó a apreciar mucho la ilustración profesional, es todo un mundo fascinante la verdad.
En tiempos en los que los niños están pegados a la tablet, o al YouTube, o a ver juegos interactivos, las ilustraciones deben ser muy atractivas.
Estamos en un mundo digital actualmente, los niños ya nacen digitales, pero justo lo que hacemos es tratar de retomar esa conexión con el libro físico. A través de la ilustración, justo yo trato de hacer eso, hacer ilustraciones que te prendan, que vayan mucho más allá, entonces es cómo restablecer nuevamente el vínculo con esa sorpresa, que no tenga la inmediatez de tener todo a la mano,
¿Además de las ilustraciones, hay historias para los niños que siguen funcionando? Yo creo que no hay una fórmula, la verdad que el público, la infancia es bastante exigente, digámosle así, no porque no son menos críticos, porque les gusta un libro o no. Creo que no hay fórmula, nosotros tendemos a trabajar con pasión y con mucha sensibilidad, para tratar de transmitir a través de la ilustración y de los libros, todo lo que sentimos, es innegable. Porque hay diferentes técnicas pictóricas, hay diferentes estilos de ilustración, entonces a mayor variedad yo creo que hay mucha más riqueza y mucho más acceso también para los niños para sorprenderse.
En tu libro “Tan pequeño, tan grande”, escribes e ilustras sobre las diferencias de una forma muy sencilla.
Parte de mi estilo es trabajar con pocos elementos, los altos contrastes o formas minimalistas, ayudan mucho a los personajes principales. En el caso del oso y del pequeño pajarito, siendo no distractores, sino complementos que refuerzan la acción de los personajes. Ahora hay un reto personal allí que es trabajar solo con tres colores durante toda la narración del libro, es así como tienes que lograr un equilibrio, un equilibrio visual que sea atrayente.
¿A nivel de América Latina en qué nivel estamos en lo que respecta a libros para niños ilustrados? En los últimos años este formato de libro álbum entró con bastante fuerza, por más que tenía muchos años en el mercado internacional, pero tenemos muy buenos ilustradores, grandes autores y escritores e ilustradores que han ganado premios a nivel mundial.
¿Por qué es importante incentivar la lectura en los niños en estos tiempos? Es muy importante porque los estimulan a ser libres, a ser creativos, a tener mayor discernimiento, a poder elegir también entre diferentes libros, por ejemplo. Es muy importante también que tengan diferentes estilos pictóricos, porque eso también contribuye en el niño a que refuerce su sistema para poder digamos, tomar decisiones, no solamente en la parte pictórica sino también a nivel personal. Yo creo que tiene muchos beneficios el libro, y como te decía porque es un juguete, que ayuda mucho a soñar, a volar.