Después de 30 años de escritura, el poeta Miguel Ildefonso aún mantiene un intenso fervor por la literatura. Aunque los reconocimientos están ligados a su obra, como el Premio Nacional de Literatura 2017 y el Premio José Watanabe Varas 2015 que recibió por su libro El hombre elefante y otros poemas (Asociación Peruano Japonesa, 2016), Ildefonso solo piensa en sumergirse en el arte de crear belleza a través de la palabra.
Aunque pertenezca a un plano extra literario, ¿cuánto ayuda el reconocimiento a los autores?
Yo ya estoy curado ante el desánimo. Persisto en la poesía así existan premios o no. Pero sí me interesa que lo que saco a la luz se lea, llegue al público. Y no solo por un producto de vanidad mía, sino porque sí considero que la poesía sirve para la sociedad y su tiempo. Un premio así crea puentes entre los lectores y la cultura.
¿Por qué crees que la poesía es menos leída?
Un poco por la cultura letrada que se ha desasido de la sociedad. Impera la cultura visual, musical; pero leer es un acto que requiere mucha concentración y paciencia y va contra lo masivo. Y la poesía, en el tiempo, se ha enfocado mucho en el lenguaje. Es algo en que me debato siempre: qué tanto trabajar el lenguaje para escribir a la poesía misma, como decía Martín Adán, o qué tanto yo escribo a un público. Fluctúo entre ambos, pensando en un público que me va a entender, pero también dialogando con la tradición y el lenguaje.
Un verso de César Vallejo, como “Jamás, señor ministro de Salud, fue la salud más mortal”, puede hacernos reflexionar sobre la actualidad...
Justo un amigo me dijo algo similar. Se llama Juan Maquiavelo. Es poeta y activista. Nos encontramos en una marcha, hace poco, y me dijo deberían utilizar estas frases, como la de Vallejo, que sinteticen el estado anímico, social y político. Que la gente se vea ahí reflejada. Eso crea un despertar que te conecta en una sola frase. Puede ser un verso, un poema o párrafos. La poesía sintetiza todo un estado de ánimo, no solamente emocional. La poesía que más me gusta es la que piensa no solo en una coyuntura sino en un futuro, como es esa cita de Vallejo.
Firmaste una carta en contra del indulto a Alberto Fujimori. ¿Cómo tomaste la decisión de PPK?
Hace tiempo que puedo esperar cualquier cosa de los gobernantes, porque el sistema en que vivimos ahora es el que implantó Fujimori. Para mí, el fujimorismo no ha dejado de gobernar. Justo el premio llegó un poquito antes del indulto. No lo hubiera recibido ahora. Pero, en ese entonces, lo recibí por la poesía, por muchas cosas que están involucradas en mis textos, que yo quiero que se resalten y se lean. Para mí, los concursos son una ventana para salir de mi escritura, donde me desenvuelvo. El premio también es algo simbólico y, proviniendo del Estado, no te exigía unas condiciones. Había una libertad. Y el jurado del premio ha sido muy especial y me garantizaba que era un concurso abierto, plural.
Por otro lado, ¿cómo es cumplir 30 años como escritor en el Perú?
Empiezo a escribir en el año 87 y no paré. Y poco a poco se hizo más serio lo que pensé que era un intento de expresarme. Siempre me ha gustado el arte: crear algo hermoso, bello, con las palabras, más allá de los temas muy fuertes que sentía. Y que no solamente que me guste a mí o a mis amigos, sino que sea valedero; hasta ahora, eso es mi inspiración y me ha motivado en estos treinta años. Hay que tener un poquito de locura o demasiada admiración. Si tuviera fe, podría haber sido religioso. Si en mi época la política hubiera sido fascinante -en ese entonces ya estaba devaluada-, me habría metido en la política. Pero mi fanatismo fue la literatura. Y mis héroes, mis santos, son Baudelaire, Verlaine, Vallejo, Martín Adán. Y todos los días pienso en ellos, como lo hace un religioso. No prendo velas, pero escribo.
¿Qué nuevos proyectos tienes en mente?
Publiqué la novela corta Memoria de Felipe, que la terminé hace dos años y ya quería deshacerme del libro (risas). Lo saqué yo mismo. Tengo nuevos proyectos que han surgido en los últimos años. Anotaciones. Proyectos que espero escribir. Eso me motiva y fascina. Me gusta escribir, también publicar; pero casi nunca, excepto de algunas, he estado satisfecho de mis ediciones. Digamos que no me he proyectado como un poeta o narrador tan como estos tiempos requieren, porque me gusta mi privacidad, mi mundo; en estos años, he enfatizado eso. Y no me agrada el lugar común. Me gusta mucho dar la contra, hasta a mí mismo; ese también fue uno de los motivos de escribir: por dar la contra a muchas cosas. Y quizás por eso no me quedo en un lugar, no me estanco; siempre estoy inquieto. Una vez que publico un libro, ya paso a uno nuevo, veo otros proyectos; pero tampoco tan compulsivamente. Planifico; tengo tiempo para eso. He hecho mi vida para darme un espacio para escribir.
MIGUEL ILDEFONSO
ESCRITOR PERUANO
Licenciado en Lingüística y Literatura en laUniversidad Católica del Perú. Hizo una maestría en Creative Writing en laUniversidad de El Paso, Texas.
47 años tiene el poeta peruano Miguel Ildefonso.
3 días estará Ildefonso en el Festival Enero en la Palabra de Cusco.
132 páginas tiene el libro El hombre elefante y otros poemas.