El museo más visitado del país está ubicado en la Plaza Bolívar del centro de Lima y es el “Museo del Tribunal de la Santa Inquisición”, el cual recibe cada año a más de 200,000 personas interesadas en conocer los usos del Tribunal del Santo Oficio.
La Santa Inquisición fue creada por el Rey Felipe II en 1569 y no era sino una filial provincial del Consejo de la Suprema y General Inquisición española. La Inquisición de Lima entró en funciones en 1570, siendo Virrey del Perú Francisco de Toledo.
Aquí, se realizaban castigos y torturas a las personas procesadas por delitos criminales o que estaban en contra de la fe católica.
Su interior conserva los mismos ambientes en los que se llevaba a cabo el proceso de inquisición, y lo que resalta es la Sala de Audiencias, con un techo artesonado en cielo raso, compuesto por más de 30 mil piezas talladas de caoba, y la llamada “Puerta del Secreto”, que conducía al ambiente privado del Inquisidor Mayor.
Además cuenta con espacios llamados Cámara de Tormento, la zona de las cárceles secretas o calabozos subterráneos, la biblioteca de la Inquisición, entre otros ambientes.
ESTRUCTURA
La primera sala que conoce el visitante de este museo es la Sala de Audiencias de la Inquisición, un lugar que durante la República funcionaría como sala de sesiones del Senado, según señala Fernando Ayllón, director del museo en un reportaje en el suplemento “Lo Nuestro” del diario El Peruano.
Su impresionante techo está recubierto por un artesonado mudéjar, realizado mediante la técnica de machimbrado.
Al ingresar, se observan cuatro figuras que representan al acusado, el fiscal, el inquisidor y el calificador.
“Este era un asesor en materia teológica, generalmente catedrático de la Universidad de San Marcos. Los inquisidores, además de sacerdotes, debían ser abogados”, explicó el historiador Fernando Ayllón, director del museo.
JUICIOS
En sus más de dos siglos de existencia, el tribunal del Santo Oficio recibió alrededor de 3,000 denunciados y 1,477 procesados, indica el experto. Y es que para ser procesado por la Inquisición, la persona debía ser católica y bautizada. Se realizaron 1,526 juicios, pues algunos acusados reincidían en el delito.
La inquisición limeña condenó a muerte a 32 personas, de los cuales solo una fue mujer. Sus nombres aparecen en la página web del museo.
TORTURAS
Y respecto a las torturas, Ayllón explica que la Inquisición aplicaba tortura solo en dos casos: cuando había contradicción bajo juramento en las declaraciones de los reos; es decir, perjurio. Y cuando era parte de una sentencia.
“Se estima que los torturados representaban entre 2% y 5% de todos los procesados“, señala el experto.
La mayoría de los torturados eran los llamados judeizantes, conocidos despectivamente como ‘marranos’.
Muchos judíos se convirtieron al catolicismo para no ser expulsados de España. Eran los conversos. Si regresaban a su religión, se convertían en apóstatas.
“Dos tercios de los juicios de la Inquisición en América se relacionaron con faltas contra la moral, como la brujería o la bigamia; los reos podían ser condenados a las galeras por varios años”, añade.
En América, la Inquisición prohibió la condena a muerte de las brujas, las que eran paseadas por plazas públicas y azotadas.
Datos importantes
-El museo atiende al público de lunes a domingo, de 9:00 a 17:00 horas.
Distribución del Tribunal de la Santa Inquisición
* Sala de torturas
* Sala de audiencias
* Cámara del secreto
* Sala de los procesos
* Sala de la Inquisición de Lima
* Sala de los autos de fe
* Sala de restos arqueológicos
* Sala de las celdas secretas
* Sala del cepo
* Sala de las sentencias
* Cámara de tormentos
* Sala de las Constituciones
* Patio