Hoy, en el Día Internacional de la Mujer, la historia de la Teniente Coronel EP, Nadia De la Barra Guerra, representa un ejemplo de lucha, constancia, estudio y sobre todo, de valentía para no renunciar a sus sueños, aunque todo puede parecer que está en contra. De la Barra, es la primera mujer Comandante que asume la jefatura del Batallón de Intendencia 511 de Pueblo Libre, reto que tomó con el profesionalismo que exige su cargo. “Es la primera vez que el batallón es comandado por una mujer, los jefes anteriores han sido varones, pero en la escuela nos han formado para desarrollar las mismas capacidades y está en uno demostrar el profesionalismo”, dice la oficial.
¿Y tu vocación militar siempre estuvo presente?
Así es, yo tenía familia militar y un primo hermano que pertenecía a la escuela de cadetes, sin embargo, a pesar de mi vocación, cuando salí del colegio no había posibilidad para la mujer en la carrera. Lo más cercano en ese momento era la Escuela de Enfermeras del Ejército, institución a la que ingresé.
¿Desde cuándo las mujeres tuvieron la posibilidad de seguir la carrera militar? Fue en 1996 que se promulgó el Decreto Supremo para que las mujeres se puedan presentar a las escuela de oficiales, técnicos y suboficiales. En el año 1997 el Ejército fue el primero que abrió sus puertas para que podamos postular a la escuela militar y así poder ser oficiales. No lo dudé dos veces y asumí el reto.
¿Y qué dijo tu familia ante semejante noticia? Yo tengo 6 hermanos, somos 5 varones y una mujer, y ninguno es militar, entonces mi papá me dijo: ‘¿estas segura?’ Yo le dije, sí, quiero ser militar, dame la oportunidad, y fue así que postulé e ingresé. En la primera promoción de cadetes ingresamos 50 mujeres, fue en 1997.
La formación militar es exigente, intelectual y físicamente, ¿lo tenías asumido? En un principio no pensé que fuera tan difícil, es seguir todo un régimen desde las 5 de la madrugada hasta la hora que tienes que acostarte, y es trabajo físico y también ver los cursos. Me acuerdo que luego de los primeros meses le dije a mi mamá que quería salir.
¿Cuál fue la motivación para seguir adelante y no renunciar a tus sueños?
Mis papás, ellos estaban orgullosos de tener a una hija que iba a ser militar, entonces yo me decía, no, tengo que seguir adelante. soy una mujer fuerte. También fue básico el apoyo que nos dimos todas las cadetes, nos levantábamos la moral para salir adelante todas juntas; representábamos todo un cambio también.
Ustedes tenían en la escuela que estudiar e interactuar con sus compañeros varones, la igualdad ante todo. Hacíamos todas las actividades junto a ellos, eso realmente ha sido motivador y nos ha servido, porque como nos han preparado tan igual, con las mismas capacidades, con el mismo esfuerzo, eso hace que también los varones respeten nuestro profesionalismo. Nosotras nos desempeñamos en diferentes puestos como jefes de unidad y también en las misiones que nos encargan, porque los varones saben que nosotras vamos a cumplir los mismos parámetros que a ellos les exigen, y eso también queda como un hecho para que ellos te respeten.
Ser una jefe mujer y tener varones a cargo exige firmeza y disciplina.
Cuando se tiene que ser enérgico hay que serlo, porque no hay otra forma de poder llamar la atención o poner el orden que se necesita en algunos aspectos, pero siempre manteniendo la tranquilidad.
Mamá de tres hijos y oficial del Ejército, dos roles que hay que desarrollar al mismo nivel. Es un poco difícil, porque tienes que organizarte bien para poder desempeñarte en el trabajo como en el hogar, tienes que darle el tiempo necesario a cada uno de ellos. Mis tres hijos son de diferentes edades y hay que escucharlos, ver cosas que ellos tienen pendientes, organizarme para cumplir las tareas mismas de la casa, y ese rol hay que saberlo manejar también y complementar con las exigencias del trabajo.
¿Algunos de tus hijos quieren seguir la carrera militar?
Hasta el momento ninguno de ellos tiene expectativas de ser militar porque ellos me dicen: ‘no mamá, es mucho esfuerzo, tú paras mucho tiempo allí’. Ellos tienen otro tipo de aspiraciones, hasta hoy, ninguno se anima.
¿Hay alguna mujer general en el Ejército? Todavía no hay ninguna, el mayor rango lo tienen las coroneles, tenemos coroneles médicos, también coroneles del servicio jurídico. En el caso de oficiales de la escuela militar, que es mi caso y de la primera promoción, somos todas tenientes coroneles, ya vamos a presentarnos a coroneles. Si Dios quiere, muy pronto llegaremos hasta el grado máximo que es ser generales, no creo que falte mucho para eso.