Ya han pasado 16 años desde que el escritor, poeta, matemático y físico chileno, Nicanor Parra, dijera en mayo de 2000 en una entrevista para el periódico de Chile “El Mercurio”, que el cantante estadounidense Bob Dylan, quien hoy ganó el Premio Nobel de Literatura 2016, merecía el galardón por tres versos.
La Academia sueca anunció este jueves que había concedido el galardón a Dylan por “haber creado una nueva expresión poética dentro de la gran tradición de la canción americana”.
En declaraciones a El Mercurio, el creador de la Antipoesía manifestó hace dieciséis años su satisfacción por el hecho de que Dylan estuviese ya entonces siendo promovido al Nobel, y afirmó que el cantautor tiene tres versos que le hacen merecedor de cualquier premio y se declaró un admirador de su “Tombstone Blues”. “My father is in the factory and he has no shoes/ my mother is in the alley looking for food/ and I'm in the kitchen with the thumb stone blues”, recitó en aquel entonces el hermano de Violeta Parra. La traducción de aquellos versos sería “mi padre está en la fábrica y no tiene zapatos/mi madre está en el callejón buscando comida/yo estoy en la cocina, con el blues de los cementerios”. “Con esos tres versos (Dylan) se hace acreedor a todo”, subrayó, aunque admitió que aún no había leído el libro de Dylan “Tarántula”, pero insistió que si había sido capaz de crear esos tres versos, “también podrá escribir un cuarto y seguramente un quinto”.
Agregó que esos tres versos le atraían profundamente, “por su falta de pretensión artística. Es realismo real, con la fábrica, el callejón y la cocina, donde está el niño solo con los thumbs blues”. Acerca de su propia candidatura al Nobel, el autor de “Poemas y Antipoemas”, y “Hojas de Parra”, entre otras obras, afirmó que le interesaba más ganarse la lotería y que se sentía “como Borges: candidato repetido, uno de los persistentes que nunca salen. Uno de los condenados de antemano”. Algunos años después, Parra dijo, al referirse al mismo asunto, que se sentía “más cerca de los cipreses que de los laureles” y afirmó que ni siquiera era el mejor poeta de su familia, sino su hermana Violeta.