Pablo Simonetti: “Los prejuicios están mejor disfrazados en el mundo intelectual”
Pablo Simonetti: “Los prejuicios están mejor disfrazados en el mundo intelectual”

Pablo Simonetti narra en su nueva novela, Jardín, el lamento de una madre (Luisa) por la venta de la casa donde vivió toda su vida. Su hija y su hijo mayor lo deciden así, pero solo Juan, gay y último hijo, se opone con timidez a esta determinación.

La matriarca está inspirada en su madre, María Borgheresi, y la historia de cuando se enteró de que la casa donde creció él y envejeció su madre estaba siendo derrumbada. En esta entrevista, el escritor chileno también sostiene que los prejuicios están mejor disfrazados en la literatura que en la política.

Este libro, además de reforzar una identidad, ¿qué más le entrega al lector? 

Es una novela que tiene un signo inverso al resto de mis novelas. Siempre estaba escribiendo sobre personas que tienen un problema para alcanzar su plena identidad, porque el medio los rechazaba. Aquí, Luisa es una mujer que sí ha encontrado su lugar, aunque sus hijos minimizan el lugar donde vive, donde los educó, donde murió su marido, que es su jardín, su obra de arte, 50 años de trabajo, donde ha ido creando su colección de plantas isófilas; los hijos le dicen: “Pero, madre, para qué vive ahí, con toda esta sombra, el peso del recuerdo”, ella dice: “No es el peso del recuerdo, el recuerdo es mi lugar, el jardín es mi lugar en el mundo”. Nosotros, los hijos, tenemos esta soberbia de llegar a pensar que conocemos mejor el mundo en que vivimos que el que nuestros padres conocen.

¿Una suma de qué es Luisa? 

Luisa está muy inspirada en mi madre, pero tiene ciertas características diferentes... También está inspirada en un modelo de mujer que entró al siglo XXI heredando todo el peso de los prejuicios que existían en las sociedades latinoamericanas.

Esa intimidad que Luisa tenía con Juan, el hijo menor, ¿es la misma que tenías con tu madre? 

Sí, teníamos una complicidad sentimental muy grande, éramos capaces de hablar de nuestra intimidad con soltura, confianza. Yo fui el menor. La relación con mi madre, de mis cero a 10 años, fue muy simbiótica, pasamos mucho tiempo juntos; mi padre pasaba demasiado tiempo en su trabajo. Yo la vi y la acompañé en todo su enamoramiento del jardín, hasta que llegó a escribir libros de jardinería. Todo ese fervor por el jardín me lo transmitió casi por ósmosis.

Teniendo esa relación con tu madre, ¿cómo reaccionó ella cuando le dijiste que eras homosexual? 

Fue difícil para ella, no lo entendió, no lo aceptó. Para ella, era un trastorno sicológico, una enfermedad. Mi mamá temía mucho por mí, pensaba que iba a ser una fuente de infelicidad tan grande que iba a vivir apartado del mundo, como un paria. Hubo mucho miedo de que su hijo, con el que había tenido tanta intimidad, repentinamente fuera rechazado por el mundo. Lo que celebro es que superó su ignorancia respecto al tema y fue capaz de aceptarlo, a pesar de todos los prejuicios de haber sido educada en una sociedad total y homofóbica.

¿En tu familia quién fue la persona más abierta a aceptar tu homosexualidad? 

Las mujeres antes que los hombres, sin duda. Para mis hermanas y mi madre fue más fácil que para mi hermano; mi padre murió antes de saberlo. Claramente, las mujeres tienen una apertura que los hombres no. Ellas son capaces de entender la indiferencia y la discriminación que han sufrido de parte de los hombres heterosexuales. El discriminador siempre es el mismo: un hombre adulto, blanco, católico. La mujer, con todo lo que vivió en el siglo XX, comprende mejor el proceso de la diversidad sexual.

Alberto Fuguet también declaró su homosexualidad, ¿cómo es para un escritor enfrentar el tema en un sector tan cerrado como la literatura? 

La discriminación en contra de las personas homosexuales tiñen todas las áreas de la sociedad. Uno podría pensar que el mundo literario es más abierto, pero siempre se cuela una persona que actúa desde su prejuicio para juzgar una obra literaria solo porque la autora o el autor es gay. En el mundo intelectual, los prejuicios están mejor disfrazados que en la vida política. Lo que puedo decir de Alberto es que lo hizo bien, salió del clóset con pachorra, bravura y literatura.

PERFIL

Pablo Simonetti: Escritor

Publicó su primera novela, Madre que estás en los cielos, en 2004. La portada y las ilustraciones de Jardín han sido realizadas por su pareja, el pintor José Pedro Godoy.

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